Lugo cambia cacerolas por tuppersex

Un momento del tuppersex (Foto: Pepe Álvez)
photo_camera Un momento del tuppersex (Foto: Pepe Álvez)

La crisis ha cambiado comportamientos y uno de los campos que parece estar beneficiándose es el del erotismo. Irse a la cama con un juguete erótico es más barato que salir de cena o de copas y a Lugo ha llegado el tuppersex. Reuniones donde, en un ambiente ameno, se muestran un sinfín de posibilidades.

cuando lucía se planteó hacer reuniones tuppersex no se imaginaba ni el sinfín de posibilidades que ofrecía el mundo del erotismo ni cuánta curiosidad despertaba. En la treintena, con una carrera universitaria, sucesivos trabajos temporales y ninguna estabilidad laboral, recurrió al tupperware para completar ingresos. Hasta que una amiga le habló del tuppersex. Lo mismo pero con vibradores, bolas chinas y una larga lista más de artículos eróticos en el sitio de las tarteras. «Es muchísimo más divertido y más rentable. Aunque, que nadie piense que se va a hacer rico con esto», advierte durante el último tuppersex que hizo, el jueves en el pub The Singles Comedy & Club, cerca de la Porta de Santiago.

Se hace llamar Lucía porque parte de su familia no conoce su actividad. Sigue habiendo muchos tabús en torno al sexo, afirma. Pero pese a ello, o quizás por eso, es un tema que despierta mucho interés. El otro factor que puede estar influyendo es la crisis. Según un estudio que Sex Place, la mayor franquicia de tiendas eróticas de España, hizo el año pasado entre 3.000 clientes de todo el país, sus ventas se habían incrementado un 35% en los dos últimos años. «Un juguete erótico es mucho más barato que salir de copas», afirma Lucía. Su vena comercial es manifiesta y quizás por eso no le fue difícil dominar el mundo tuppersex. Internet fue clave para prepararse. Artículos de sexualidad y reuniones online le sirvieron para hacerse una idea de qué interesa a la gente y qué es lo que más pregunta.

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