Lucenses sin recursos minimizan el uso de la luz por su caro coste

La vitrocerámica manda en las cocinas (Foto: Xesús Ponte)
photo_camera La vitrocerámica manda en las cocinas (Foto: Xesús Ponte)

Lucenses con pensiones que no alcanzan los 500 euros mensuales o desempleados que no perciben prestación alguna están poniendo su particular granito de arena en bien del ahorro energético. Aprovechan al máximo la luz natural. Se levantan al amanecer y se acuestan cuando anochece. Intentan pulsar el interruptor de las lámparas o accionar el mando del televisor lo menos posible. Lavan la ropa a mano en tinas o combaten el frío abrigándose. Prescinden del confort. No lo hacen solo porque tengan una especial sensibilidad para preservar el medio ambiente, sino para ir arañando un euro de aquí y otro de allá para poder llegar a fin de mes.

Son casos extremos. Pero se están dando. Eso sí, puntualmente. Los servicios sociales municipales tienen conocimiento de ello. Esos obligados objetores eléctricos por su agónica situación económica pretenden recurrir lo mínimo posible a lo que se ha convertido en un producto de primera necesidad, cuyo precio no tiene techo para los consumidores.

PRESIÓN
Una plataforma de descontentos

Las asociaciones de consumidores no se han quedado de brazos cruzados. La Ocu ha constituido la primera plataforma de compra colectiva de energía de la historia de España, denominada Quiero Pagar Menos Luz, de la que ya forman parte más de 410.000 usuarios -65.000 más que, por ejemplo, los habitantes que tiene la provincia de Lugo-. 

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