Los Reyes Magos recorrieron ayer la provincia en una jornada maratoniana en la que intentaron traer ilusión para los más pequeños y esperanza para los mayores. La austeridad a la que somete desde hace años la crisis tanto a familias como administraciones también afecta a los Magos de Oriente, que sin embargo prometieron no dejar a ningún niño sin su regalo. «A vós seguro que non vos traemos carbón, senón outras cousas que pedistes, se cadra non todas, pero algunhas si», decía Melchor desde el balcón del concello de Lugo.
La cabalgata de la capital, menos pomposa que en ediciones anteriores, registró sin embargo numeroso público, gracias sobre todo a que la lluvia apareció solo tímidamente en algunos momentos del recorrido. La comitiva, compuesta por cerca de un centenar de personas, salió puntualmente a las seis de la tarde del parque de A Milagrosa, encabezada por miembros de las asociaciones de recreación histórica Guardia Pretoriana, Civitas Lucensis y Caetra.
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