hace No mucho no había administración que se preciara que no se llevase un plan estratégico a la boca, bien sectorial, bien geográfico. Lo que debía ser una hoja de ruta de las inversiones a acometer para corregir debilidades, advertir de las amenazas, reafirmar fortalezas y aprovechar oportunidades se ha quedado en un manual de buenas intenciones. Algunos de esos proyectos que se recomiendan en esas biblias de lo que se debería hacer ni están, ni se les espera. Se aguarda tal vez a que vuelvan los tiempos de las vacas gordas. La merma de recursos públicos debido a la crisis ha condicionado su grado de ejecución.
En los últimos nueve años tres administraciones diferentes (Concello de Lugo, Diputación y Xunta de Galicia) encargaron otros tantos planes estratégicos de Lugo, la provincia y el plan Impulsa, respectivamente, que tienen en común ciertos proyectos a llevar a la práctica. El gasto total de su redacción ascendió a 620.000 euros.
Un patronato fantasma
En 2010 se creó el Patronato de Turismo de la provincia de Lugo, auspiciado desde la Cámara de Comercio y con financiación autonómica. Se convirtió en un pulso a la Diputación. Tres años después está en «stand by» o en «vía muerta», como reconoce alguno de sus fundadores. Lo último que trascendió fue la dimisión el año pasado de su presidente, el alcalde de Quiroga, Julio Álvarez.
