Los pacientes ingresados en el Hula podrán elegir menú a partir de septiembre

Rodríguez Verdes, en la cocina del Hula (Foto: Ponte)
photo_camera Rodríguez Verdes, en la cocina del Hula (Foto: Ponte)

El servicio de cocina del hospital Lucus Augusti comenzará desde mediados de septiembre a dar a los pacientes ingresados la posibilidad de elegir menú. Hasta ahora, todos los ingresados comían exactamente los mismos platos, mientras el personal de cocina se adaptaba a las nuevas instalaciones, pero el jefe del servicio, Víctor Rodríguez Verdes, asegura que, tras el verano, se empezarán a ofrecer dos opciones por plato.

Inicialmente el enfermo hospitalizado podrá elegir entre dos primeros y dos segundos, aunque en el futuro acabarán por ser tres las opciones, al igual que ocurría en el Xeral-Calde. Los primeros pacientes en poder seleccionar según sus preferencias serán los oncológicos y los pediátricos, aunque progresivamente se irá ampliando esa posibilidad al resto de ingresados.

Rodríguez Verdes explica que, al igual que se hacía en la anterior ubicación, la combinación de primeros y segundos a elegir tendrá en cuenta que, sea la que sea la opción seleccionada, acabe resultando un menú variado. «Por ejemplo, si el segundo es un potaje de garbanzos no habrá de primero lentejas. En realidad, es como en hostelería, se elaboran los menús para que sean equilibrados», señala.

En general, las opciones serán entre dos platos de cuchara y una ensalada, en el caso de los primeros, y carne y pescado, en los segundos, donde también podrá haber legumbres.

La posibilidad de elegir el menú se dará solamente a los pacientes con una dieta basal y no a aquellos que deban seguir una dieta especial, blanda, por ejemplo. El jefe de cocina recuerda que en esos casos las posibilidades son muy reducidas, de forma que habría muy poco donde elegir. «De hecho, el objetivo de los médicos suele ser que los pacientes pasen a dieta blanda el menor tiempo posible», explica.

Informática

El servicio de cocina se encuentra estos días adaptándose al nuevo sistema informático, que sirve, entre otras cosas, para que cada planta envíe las características de las dietas de los pacientes. En estos meses, además, el equipo ha realizado distintas pruebas de menús para observar cómo resulta en la cocina de línea fría, un proceso que se inauguró con la apertura del nuevo hospital.

Los menús se elaboran, en realidad, tres días antes de que se sirvan en planta y se mantienen hasta ese momento a una temperatura de tres o cuatro grados bajo cero. El proceso clave en esta clase de cocinas es el abatido: la comida recién preparada a la que se baja de forma muy rápida su temperatura. El objetivo es permitir su conservación sin que se modifiquen las características organolépticas y minimizando el riesgo de contaminación alimentaria.

Aunque en la mayoría de casos no se distingue un plato de cocina de línea fría de otro de convencional, según Rodríguez Verdes, hay algunos que no suelen hacerse con el nuevo sistema.

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