Los obstáculos sindicales, políticos y empresariales de un diálogo difícil

Los trabajadores siguen en sus trece. Ni desconvocan la huelga, ni cumplen los servicios mínimos. Y la empresa tampoco da su brazo a torcer. No está dispuesta a sentarse a negociar mientras la plantilla siga sin recoger la basura. Pese a que no se cruzan las miradas, ambas partes mantienen contactos, para intentar reconducir la situación, a través de terceros y con el Consello Galego de Relacións Laborais, que ha designado un mediador.

Dos gladiadores en la arena

Los gladiadores que se enfrentan en el coso lucense son, por una parte, la plantilla, que está formada por 139 trabajadores, y, por otra, el gigante Urbaser, con presencia en cuatro continentes y con un volumen de negocio de 1.651 millones de euros en 2013 -más de siete de esos millones aportados por el Concello de Lugo-. Este grupo que pertenece a la constructora ACS del presidente del Real Madrid, Florentino Pérez. cuenta con más de 28.000 empleados y presta servicios a más de 50 millones de personas.

Los salarios, a debate

El personal considera que se está produciendo una «confusión» en la sociedad lucense sobre sus reivindicaciones salariales. La opinión pública está dividida. Unos ciudadanos reconocen su derecho a reclamar porque consideran que desempeñan un trabajo nocturno y con unas condiciones duras. Otros, que creen que están bien pagados, cuestionan que exijan subidas en una época crítica de recortes generalizados. El dato objetivo es que perciben unos sueldos medios de entre 1.170 y 1.310 euros brutos mensuales, antigüedad al margen.

Los representantes de la plantilla reclaman que en este ejercicio se consolide la paga única de 600 euros que cobraron el año pasado con cargo a 2012 y 2013 y un incremento salarial del 1% para el próximo. La patronal sostiene que el de Lugo es el mejor convenio del sector de Galicia -cita que un conductor y un peón de noche con 27 años de antigüedad cobran 33.250 y 32.340 euros brutos al año, respectivamente-. Su propuesta contempla mantener este año los sueldos y subir un 0,3% el próximo, sin consolidarlo.

Sombras alargadas

El conflicto de Lugo entra hoy en su quinto día. Aún está balbuceando si se compara con otros recientes y cercanos, en los que Urbaser también es concesionaria. El año pasado el paro en el servicio de recogida de basura de Vilalba duró 25 días, festival de música FIV y Feira do Queixo de San Simón incluidos, y el de la planta coruñesa de reciclaje de residuos de Nostián se prolongó durante 108 días.

Otras concesiones, atentas

Al resultado de las negociaciones en Lugo, cuando se produzcan, estarán atentos en otras ciudades en las que Urbaser tiene intereses. Si la empresa hace alguna cesión en la capital lucense, se podría encontrar con una reclamación similar en esos otros lugares. Recientemente firmó el convenio colectivo en Narón, con una congelación salarial durante tres años.

Cambio de estrategia

Hasta hace unos cuatro años las huelgas de basura se solían convocar unos días antes de fechas señaladas y se firmaba la pipa de la paz en la víspera de esa celebración. Hoy en día se ha producido un cambio. Las negociaciones se han endurecido y se franquea la fiesta de turno, en este caso el Arde Lucus, sin llegar a un acuerdo.

Diferencias aireadas

La huelga está aireando las divergencias entre el gobierno de López Orozco y el que hasta no hace mucho era su sindicato afín, UGT. Tras la rueda de prensa que ofreció ayer el comité de empresa en la Praza de Santo Domingo, a la misma hora que el regidor local inauguraba el Macellum del Arde Lucus en la cercana Praza Maior, cargos ugetistas se sumaron a los cánticos que exigían la dimisión del alcalde. Unas consignas que lideró Carmen Antas. La secretaria de servicios de la central nacionalista, que actúa como asesora, cobra cada vez más protagonismo, pese a que UGT es mayoritaria. Esta experimentada sindicalista se mueve como pez en el agua en este tipo de movilizaciones.

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