Las familias lucenses han cambiado sus hábitos vacacionales forzadas por la crisis económica. Los profesionales de las agencias turísticas de la ciudad constatan una reducción en la duración de los viajes, aunque señalan que no perciben un descenso de contrataciones con respecto a 2012. Si hace unos años la tendencia era disfrutar de estancias de entre quince y diez noches, desde hace dos veranos estas se han visto reducidas en muchos casos a siete. «Bajaron sobre todo en la costa española», afirma César Villares, agente de Viajes Amado.
Este descenso conlleva también una reducción del gasto medio, que se sitúa entre los 2.000 y los 2.500 euros para una familia de cuatro personas -con dos niños-, con todo incluido durante siete días.
Las agencias de la ciudad aseguran que, aunque las ventas han bajado -no así las consultas-, en 2013 no se ha experimentado un descenso notorio con respecto al año anterior. «Los lucenses siguen viajando, pero son más rezagados, esperan ofertas de última hora», comenta Ana Álvarez, de la agencia Mandala Aventura. La agente asegura que muchos de los que planean sus vacaciones prefieren pagar por un buen servicio, en parte porque algunas compañías de avión de bajo coste quebraron.
Los clientes de agencia prefieren la comodidad y la tranquilidad que les da el trato en persona
«Ter unha persoa de contacto con experiencia, que te asesora, é importante por se tes retrasos, cancelacións ou hoteis que non son do teu agrado. Esta é a principal ventaxa das axencias de viaxes, ter unha persoa física que poda resolver todos esos problemas que, moitas veces, xurden sen querer», comenta Alba Álvarez, quien recurrio a este servicio para planificar sus últimas vacaciones familiares a Mallorca y Canarias. «A axencia resérvache todo sen ter que romper a cabeza con internet», apunta esta usuaria.
