desde que la Iglesia católica redujo el limbo de verdad dogmática a simple hipótesis teológica, los juzgados lucenses se han convertido en uno de los escasos lugares donde las almas pueden mantenerse en un eterno estado de indefinición, también conocido como imputación, pendientes del informe salvador o de la decisión judicial que las envíe al infierno del juicio final o al cielo del sobreseimiento.
En este estado se mantienen desde hace años al menos seis políticos lucenses, algunos de ellos ya retirados, que en su momento vieron reflejados sus casos con alardes tipográficos y ruido judicial y, desde entonces, han visto como las investigaciones se encallan durante meses y meses sin recibir mayor explicación.
De entre ellos, quizás las situaciones más alarmantes sean las de la vicepresidenta de la Diputación, Lara Méndez, y la del exconselleiro del BNG Fernando Blanco, a quien su imputación y posterior dimisión le costó su carrera política.
Operación Rey. La detenida estrella
La imagen es del 2 de noviembre de 2009. Lara Méndez salía de los juzgados después de declarar 15 minutos tras pasar diez horas en comisaría, entre las dudas sobre si estaba detenida. Efectivamente, estaba detenida. Nada más se supo.
Caso Campeón. El final de una carrera
Fernando Blanco llegaba el 4 de diciembre de 2011 a declarar como imputado en el caso Campeón, acusado por Jorge Dorribo. Su dimisión previa parecía solo un paréntesis en su carrera política. No fue así.
PXOM. Urbanismo paralizado
El 9 junio de 2011, María Novo declaró por primera y última vez por la recalificación de unos terrenos dentro del PXOM. Más de una decena de declaraciones después y multitud de informes, el caso sigue tan paralizado como la construcción.
Productividad. Una más
José López Orozco es recibido ya en los juzgados con la familiaridad que da la costumbre. Entre sus conocidas imputaciones, dos olvidadas a cuenta de los conflictos sindicales que marcan la vida municipal. Tiene mejores cosas de qué preocuparse.
Caso Carioca. Peor imposible
Jesús Otero era recibido por un centenar de amigos cuando salió de declarar el 13 de marzo de 2009 por el asunto de las multas de Tráfico. A la postre, este ha sido mucho más doloso que la famosa operación Carioca, que se mantiene en espera.
Policías sindicalistas. La mala cosecha
José Rábade dejó la primera línea política con dos imputaciones. Una le ha reventado en juicio oral, pero la segunda es pura incertidumbre: le acusa un policía sindicalista con el que se las tuvo tiesas cuando era concejal.
A veces, mejor la incertidumbre
Otra prometedora carrera política que los jueces se llevaron por delante es la de Jesús Otero, exsubdelegado del Gobierno en Lugo. Reconocido en su momento como uno de los socialistas lucenses que más simpatías atraía, su imputación en la trama de la retirada de multas por parte de la Jefatura de Tráfico lo situó en pleno epicentro del terremoto judicial lucense.
Se puede decir que su incertidumbre en ese asunto acabó, aunque no para bien, ya que la Fiscalía solicita para él siete años de prisión por pedir que se retirasen sanciones.
A la espera de la Carioca
Nada apunta a que pueda irle peor en el caso Carioca si alguna vez llega a juicio. Fue imputado hace tres años por supuesta omisión en el deber de perseguir delitos. Fue a declarar una vez y periódicamente ve su nombre en los periódicos. No se sabe más.
