Los ingenieros industriales han declarado abiertamente la guerra al Máster en Ingeniería Industrial que este año empezó a impartir la facultad de Ciencias del campus de Lugo. El presidente de la Federación de Asociaciones de Ingenieros Industriales de España, Luis Manuel Tomás Balibrea, y el director de Gestión del colegio profesional gallego, Javier Brandariz, comparecieron ayer ante los medios en Lugo para anunciar que los organismos colegiales españoles no integrarán a ningún egresado de esta titulación.
La razón, aseguran los representantes del colectivo, es que consideran que «los alumnos no tendrán la formación suficiente para hacer uso de las atribuciones propias de un ingeniero industrial», según apuntó Brandariz. En la actualidad, una treintena de personas cursan este máster.
A su vez, las asociaciones profesionales han presentado un recurso ante el Tribunal Superior de Xustiza en el que, además de señalar las supuestas deficiencias, denuncian presuntas irregularidades cometidas durante la tramitación del máster. El fin objetivo final es «impugnar la titulación», como reconoció Tomás Balibrea.
Las razones que esgrimen para desconfiar de su aprobación se centran, sobre todo, en que «la Universidad de Santiago (USC) puso en marcha esta titulación antes de su inscripción en el Registro Unificado de Titulaciones (RUT).
La USC defiende, como hizo desde un primer momento, que los trámites se realizaron con toda legalidad y sin secretismo, y que de la tramitación «tiveron coñecemento as universidades do Sistema Universitario Galego e mesmo os colexios profesionais e, en ningún momento durante todo o proceso de preparación e verificación, se presentaron alegacións que impediran a súa posta en marcha».
Los representantes corporativos de los ingenieros industriales indican, por su parte, que la facultad no les consultó en ningún momento como sí hizo con otros colegios profesionales -se refería presumiblemente al Colegio de Ingenieros Técnicos Industriales, que siempre ha defendido la implantación del máster en Lugo-. «No se ha contado con quien se tiene que contar, que es el colegio que tiene las competencias de la profesión en la que aspiran a ingresar los alumnos», aclaró Tomás Balibrea.
Aseguró además que el Consejo General de Colegios se enteró de la existencia del máster a principios de octubre cuando consultaron en la página de la Aneca -la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (Aneca), organismo estatal encargado de validar los títulos universitarios y comprobar que se ajustan a los requisitos exigidos- cuántos másteres de ingeniería industrial se habían implantado en España. Descubrieron entonces el de Lugo y otros cuatro, apuntó, y de ellos el lucense era el único que no daba derecho a ejercer la profesión regulada, un dato por el que se interesaron ante la Aneca y que aparecía subsanado al día siguiente.
Por su parte la Aneca señaló, a través de su gabinete de prensa, que su labor es realizar una valoración técnica -la aprobación la realiza el Consejo de Universidades- de los títulos y que «cuando se hace una valoración positiva -como es el caso- es porque se cumplen los requisitos recogidos en el decreto». Los ingenieros industriales, sin embargo, se preguntan cómo es posible que la Aneca diera luz verde al máster cuando no presenta, dicen, una relación de profesorado y el plan de estudios es una «chapuza».
Por su parte, el conselleiro de Educación, Jesús Vázquez, también reiteró que la aprobación del máster se realiza en la Aneca y el Consejo de Universidades y que la Xunta, a través del Consello Galego de Universidades, «o único que fixo foi aprobar a súa implantación» porque el máster cumplía la normativa estatal.
Con todo, Vázquez avanzó que es un tema sobre el que se trabajará «xunto coas universidades», que se tratará el Consello Galego de Universidades y se intentará evitar «todo tipo de conflicto, xa que as formas e o diálogo son importantes para chegar a un acordo». Sin embargo, en el ámbito universitario ya se trató sobradamente el tema, sobre todo a raíz de las quejas de la Escuela Politécnica de Ferrol, de la Universidade de A Coruña, el primer centro en cuestionar la titulación lucense.
La de Ferrol es, junto con la de Vigo, los dos centros en Galicia que impartían hasta ahora la ingeniería superior industrial. Una de las críticas que esgrimen los ingenieros industriales se basa en que el máster se imparte en una facultad de Ciencias, «que forma a científicos y no a técnicos». En este sentido, la USC recuerda que la facultad de Ciencias imparte Ingeniería Técnica Industrial, especialidad en Química Industrial, desde 1999, y que se ha transformado en el grado de Procesos Químicos Industriais.
- Los estatutos obligan a colegiar. La intención del consejo general de no colegiar a los titulados del Máster en Ingeniería Industrial parece entrar en contradicción con sus propios estatutos, que dicen que los colegios «integrarán obligatoriamente a todos los ingenieros industriales en el ejercicio de su profesión, con título oficial reconocido por el Estado, procedentes de centros docentes reconocidos por el Estado o por las comunidades autónomas». El de Lugo, mientras no se diga lo contrario, es un titulo oficial.
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La rueda de prensa se celebró en el Colegio de Ingenieros Técnicos de Lugo y, a mayores de Luis Manuel Tomás Balibrea y Javier Brandariz, también participó Pilar de la Cruz López, subdirectora de Organización Académica de la Escuela Politécnica de Ferrol, el centro que mayor oposición demostró desde el primer momento a que la facultad de Ciencias siguiera adelante con el máster de Ingeniería Industrial y que aspiraba a él. A pesar de celebrarse en la sede colegial en Lugo y de asegurar que sus críticas no van contra la ciudad, ningún profesional lucense intervino en el acto. Tomás Balibrea señaló en este sentido que su postura «no es una afrenta contra Lugo, no tenemos problema en que la ciudad tenga un máster de Ingenería Industrial, lo que pedimos es mayor seriedad y rigor». Balibrea llegó a asegurar que el colectivo no tendría «problema en sentarse con la USC y convertir el máster en algo razonable, dotándolo de profesorado y recursos; otra cosa es si en el actual estado presupuestario estamos en condiciones de abrir un máster en cada municipio, teniendo en cuenta los costes elevados que tendría». |
