Tres millones cien mil euros, a pagar en cuatro años. Esa es la oferta que la Diputación puso sobre la mesa la semana pasada, en la reunión que mantuvo con Carlos Gil, nieto de Álvaro Gil y representante de los herederos en las negociaciones sobre la colección que se exhibe en el Museo. Una cifra muy considerable que, sin embargo, no colma los deseos de los herederos y legítimos propietarios desde que el Tribunal Supremo falló a su favor en el pleito que les enfrentó durante casi una década a la Diputación.
De hecho, el propio Carlos Gil reconocía ayer que «la distancia económica que nos separa aún es muy grande, estamos muy lejos», a la vez que insistía en que el aspecto económico no era lo único que estaban valorando, sino otra serie de condiciones. Entre estas, señalaba que pretendían asegurarse de que la colección estuviera siempre expuesta al completo en el futuro.
NEGOCIACIÓN. Se ofreció alquilar la colección o comprar solo una parte
- La Diputación llegó a la reunión celebrada la semana pasada con varias propuestas para poner encima de la mesa.de negociación. Sobre ellas hablaron durante las aproximadamente dos horas que duró la reunión con Carlos Gil y el abogado que representa los intereses de la familia, el coruñés Julio Lois. La negociación al final se va a centrar en la compra de los torques, pulseras y pendientes de orfebrería castrexa, además del carnero alado, de origen discutido, pero había otras dos opciones:
La Diputación descarta comprar la pintura y la familia, venderla
Si el pacto sobre las piezas de orfebrería castrexa parece lejano, en un punto el acuerdo entre Diputación y herederos de Álvaro Gil fue inmediato: los cuadros incluidos en el legado. Al Museo no le interesa comprarlos y la familia no se los quiere vender.
|
Consiga AQUÍ la información completa |
