Especialista en historia de las religiones, el catedrático Santiago Montero cerró ayer el ciclo organizado por la facultad de Humanidades para difundir el patrimonio arqueológico de la ciudad con una charla sobre el mitreo que, junto con la domus, considera «una joya».
Qué le han parecido los hallazgos arqueológicos de la Domus del Mitreo?
Creo que es una joya, literalmente. Primero, por el valor de ser un mitreo privado, perteneciente a una domus. Solo un tercio de los mitreos que se conocen son privados. La mayor parte están en edificios públicos: circos, teatros, anfiteatros. Los privados no son muchos y eso refuerza su valor. La domus creo que es una joya arqueológica porque ofrece una secuencia diacrónica de la ciudad a lo largo de dos mil años.
¿El mitreo de Lugo tiene alguna particularidad más?
Desde el punto de vista topográfico y de distribución, no, pero debe de ser el más occidental de los mitreos que existen. Tenemos documentada la existencia de mitreos desde aquí hasta el Éufrates, en la frontera oriental del Imperio. Es un culto universal y están distribuidos por todas las provincias del Imperio Romano.
¿Cuáles son las características del culto mitraico?
Es un culto mistérico, y como tal, es secreto. Es un culto donde lo esotérico, lo misterioso prevalece y requiere iniciados que deben guardar el secreto de todo lo que ven y lo que hacen. Es un culto muy jerárquico. Hay siete grados que los iniciados deben recorrer. No se sabe con certeza, pero creemos que debían superar pruebas físicas y también de conocimiento.
¿Cree que los hallazgos de Lugo pueden arrojar algo más de luz sobre las características de este culto?
Sobre el mitraísmo no ofrece nada que no sepamos, aunque sí es importante tenerlo documentado en esta zona de la Península. La excavación de la domus sí puede aportar luz sobre el pasado de Lugo. Sería muy interesante completar las excavaciones y que la musealización se acabara lo antes posible. Estoy seguro de que sería un lugar muy visitado, por eso debería concluirse lo antes posible.
¿Aporta algún aspecto novedoso sobre el mitraísmo en su conferencia?
Hablo de las características generales del culto de Mitra y de un aspecto que no se conoce hasta ahora: el posible recurso a prácticas adivinatorias dentro del mitraísmo. Es posible que con motivo del sacrificio de un toro se llevaran a cabo prácticas adivinatorias, lo que se conoce como aruspicina. Se extraería el hígado y se conocería el futuro a través de su disposición y sus anomalías a cargo de adivinos, arúspices. Muestro inscripciones de arúspices en el culto mitraico.
A pesar del misterio que envuelve el mitraísmo, ¿qué más se sabe de las características del culto?
Es un culto mistérico, pero no exclusivo. Un ciudadano podía estar iniciado en este y en el de Isis, por ejemplo, o seguir la religión romana, que permitía tener varios cultos a la vez. Sabemos que los cultos mitraicos prohibían la presencia de mujeres, que sí estaba permitida en otros cultos mistéricos, como el de Cibeles, Isis o Dionisos, pero no en éste.
¿Se sabe por qué razón?
No, era preferentemente seguido por militares, comerciantes y por esclavos y libertos imperiales, es decir, al servicio del emperador.
¿Qué los atraía a este culto?
El hecho de que es una religión de tipo personal, mientras que la romana es colectiva. La de Mitra es muy personal y garantiza la vida y la felicidad más allá de la muerte, si se cumplen los ritos de iniciación y los demás preceptos. Nos seguimos preguntando por qué tuvieron una difusión tan amplia, al margen de ciertos exotismos, como sucedía también con las divinidades egipcias, que los hacía atrayentes.
¿Qué elementos incluye el culto?
Es complejo desde diversos puntos de vista porque hay elementos religiosos de procedencia iraniana -Mitra es un dios persa-, pero también elementos filosóficos griegos y astrológicos, hay una fuerte presencia de la astrología. No es un culto iranio que ha llegado a Occidente, sino diseñado con elementos iranios.
¿Qué interpretación puede tener que se haya hallado este mitreo en una domus en Lugo?
Prueba la devoción del dueño de la casa. Se conocen mitreos en villas, en el campo, aunque no es el caso de este. Y también prueba la expansión del culto de Mitra, que arranca tarde, con Trajano y desaparece bruscamente a comienzos del siglo IV, seguramente por el empuje del cristianismo. El paganismo romano evoluciona hacia un monoteísmo y se abandonan los ritos sangrantes que implicaban sacrificios.
