Los carniceros de Lugo trasladan sus matanzas a Castro y Rábade

Veinte años después de que Frimiño se hiciera cargo de la concesión, y después de dejar un reguero de deudas y a trece trabajadores en la calle, el Ayuntamiento de Lugo procedió este martes a precintar las instalaciones del matadero municipal. Los carniceros y tratantes que sacrificaban en Lugo lo hacen ahora en Frigoríficos del Lea, en Castro de Ribeiras de Lea, y, en menor medida, en Incada, de Rábade. El suministro de carne está asegurado, aunque los carniceros ven incrementados sus costes. Está por ver si este incremento repercute al final en el consumidor.

Según explicó Julio Teijeiro, presidente del Gremio Provincial de Carniceros y Charcuteros, "la mayor parte se ha ido a matar a Castro. Además, ya mantuvimos contactos con la empresa para negociar un precio para nuestros socios".

Otros, continúa Teijeiro, han decidido acudir al matadero de Incada, en Rábade, pero son los menos, al igual que los que pudieron optar por Novafrigsa, ambas centradas más en vacuno mayor que en las líneas que trabajaba el matadero lucense: terneros, cerdos, corderos y cabritos.

Una de las propietarias de Frigoríficos del Lea, Maite Lamela, confirmó a este diario que su empresa ha notado un importante incremento de la actividad "desde hace un par de meses, tanto de carniceros como de particulares". Lamela, evidentemente, no lamenta el cierre del matadero lucense, al que consideraba "competencia desleal". "Si nosotros no pagamos Seguridad Social, ni facturas, ni nada, seguro que ganaríamos mucho más dinero", dijo.

En Incada también han notado un aumento de los clientes, aunque "no muchos. De todas formas, seguro que irán llegando más, porque muchos carniceros tenían todavía carne y cuando necesiten sacrificar otra vez no tienen muchos sitios donde ir".

Una vez asegurado el abastecimiento de carne, lo importante es saber cómo puede repercutir en el consumidor. Julio Teijeiro advierte de que ahora "el gasto es mayor, no por los precios pero sí por el transporte, porque no es lo mismo llevar el animal a Castro y que la carne en canal se reparta luego desde allí que hacerlo desde Lugo". No obstante, confía en que la diferencia final sea mínima, aunque lo más difícil será volver a contar "con la flexibilidad en el reparto que teníamos en el matadero de Lugo".

Eso sólo podrá ser si los carniceros y los empresarios del ganado deciden finalmente seguir adelante con su proyecto para hacerse con la concesión que el Ayuntamiento está a punto de sacar a concurso. Un plan que "no está muerto", asegura Teijeiro, "pero sí está en la Uvi", sobre todo después del estudio de viabilidad que se realizó, y que alerta de las dificultades para asumir el servicio sin arrojar pérdidas, ya que dan por descartado de antemano la posibilidad de obtener beneficios.

El problema principal es la gran inversión necesaria en las instalaciones, un escollo difícil de evitar ya que el objetivo del Ayuntamiento es exactamente el mismo que el de los carniceros y tratantes: que la concesión no le cueste un euro a la ciudad, por lo que descarta asumir inversión alguna.

Objetivo común: no seguir perdiendo dinero
La continuidad del matadero de Lugo como concesión municipal está ciertamente complicada. Y eso que ninguna de las partes sueña siquiera con poder sacar beneficio.

  1. La posición del Ayuntamiento
    El Ayuntamiento ha sufrido durante dos décadas el desastre de la gestión de Frimiño. Sin embargo, y aunque ya no está obligado a ofrecer el servicio de matadero, decidió continuar para tratar de que los trabajadores no se quedaran en paro y porque los carniceros y tratantes les solicitaban el servicio. Tras una negociación fallida con Novafrigsa, que no quiso hacerse cargo de toda la plantilla con todos los derechos adquiridos, negoció con los carniceros y tratantes para sacar un nuevo pliego. En él se exige una inversión mínima de unos 318.000 euros en las instalaciones para que cumpla las exigencias sanitarias y la subrogación total de la plantilla. Como la condición para mantener la concesión es que no cueste nada a los lucenses, mantiene el mismo canon que hace 20 años (18.000 euros) y además contempla no cobrarlo hasta que los empresarios que se hagan cargo recuperen lo que inviertan.
  2. Los carniceros
    Carniceros y empresarios del ganado de Lugo afirman que están interesados en el servicio. De hecho, ya hay medio centenar de ellos dispuestos a poner dinero. No aspiran a tener beneficios, sólo a contar con el matadero sin que dé pérdidas. Sin embargo, un estudio de viabilidad que encargaron señala que se perdería dinero si se asume la plantilla en las condiciones actuales y si no se dota a las instalaciones de nueva maquinaria y de una sala de despiece. Por ello, quieren que el Ayuntamiento vuelva a cambiar las condiciones del concurso y que asuma al menos la inversión necesaria en materia sanitaria, que ellos calculan en algo menos de 300.000 euros.
  3. Los trabajadores
    Son trece, algunos con muchos años de antigüedad. Hasta hace poco, el único pago que había afrontado Frimiño en 20 años era su salario. Hace cuatro meses dejó también de pagarles a ellos. Su esperanza está puesta en que finalmente Ayuntamiento y empresarios cárnicos alcancen un acuerdo y ellos puedan mantener sus puestos de trabajo. Si al final no es posible, intentarán judicialmente que el Ayuntamiento sea declarado responsable civil subsidiario y se vea obligado a asumirlos como trabajadores municipales. Mientras, la única solución que les queda es engrosar la lista del paro.

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