Los alrededores del enfermo

Teresa Campos, a la izquierda (Foto: J. Vázquez)
photo_camera Teresa Campos, a la izquierda (Foto: J. Vázquez)

Las mujeres con cáncer de mama suman a la preocupación por su salud la de cómo el diagnóstico afecta a su familia. De hecho, a veces la segunda supera a la primera. «Alguna paciente te dice que es una faena que le haya pasado esto ahora que su hijo va a la universidad, o que lo que peor lleva es que su hija haya tenido que dejar la carrera unos meses para cuidar de ella», explicó la psicóloga del Hula Teresa Campos, ponente en las jornadas que organiza la unidad de Patología Mamaria en el Hula.

«A veces pensamos que una mujer está preocupada por el tratamiento de quimioterapia que va a recibir y, en realidad, lo está porque afecte lo menos posible a su familia», señaló Campos, que reconoció que la mayoría de mujeres prefieren «pasar de puntillas, que no se modifique la dinámica de la familia por la enfermedad».

La psicóloga ve en su consulta a enfermas de cáncer de mama que solicitan apoyo o aquellas que, desde la unidad, se considera que lo precisan. Pese ello, Campos incidió en que la mayoría asumen su estado con ánimo y son muchas las que «salen reforzadas de la enfermedad». «Eso no impide que pasen por momentos difíciles. El diagnóstico y el inicio del tratamiento con quimioterapia son en los que la mujer está más vulnerable», dijo.

Comparó el diagnóstico del cáncer con una «gran hendidura» que se abre a los pies de la enferma, un camino «costoso y difícil» en el que la familia es clave para que esa brecha se cierre al final del proceso.

Reconoció el difícil equilibrio al que se enfrentan los familiares de una paciente con cáncer, con tendencia a oscilar entre cierta sobreprotección y la intención de ignorar la enfermedad como forma de restarle importancia. Al mismo tiempo, animó a las mujeres a compartir su estado de ánimo, a «aceptar que ha ocurrido algo y hablar de ello» y prescindir de miedos.

Aunque admitió que, inicialmente pueda verse como una situación abrumadora y pese a que hay momentos más delicados, «somos más fuertes de lo que pensamos» y se mostró convencida de que la clave es la comunicación y adaptar la dinámica de la familia a la nueva situación. «El peor enemigo es el silencio», recalcó.

Las asistentes a la ponencia de Campos participaron en el coloquio posterior interesándose por cómo abordar determinados pasos del proceso para que afecte de la menor forma posible a sus familiares.

Precisamente, seguirá abordándose esa misma cuestión en la próxima conferencia programada dentro del ciclo: la que dará el doctor Bernardino Pardo Teijeiro sobre el papel de la pareja. El doctor Pardo conoce el tema de primera mano ya que es viudo de una paciente que sufrió cáncer de mama. Tendrá lugar el día 21 de febrero, a las siete de la tarde, en el salón de actos del Hula.

Para los meses sucesivos, están previstas charlas sobre métodos de relajación, ejercicios para el linfedema, el choque emocional del diagnóstico y el papel de las asociaciones de pacientes. La última tendrá forma de mesa redonda y clausurará el ciclo.

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