Los ingresos por venta de tabaco se redujeron sensiblemente durante 2011 en la provincia de Lugo. A 31 de noviembre de este año, los estancos de la provincia habían ingresado un 16% menos que en la misma fecha del año anterior, lo que en euros supone más de dos millones menos.
En realidad, las cifras se enmarcan en la tendencia general, y es difícil discernir si este efecto hay que atribuírselo únicamente a la ley antitabaco o si la crisis juega también un papel destacado en estas cifras. Sin embargo, parece que las nuevas condiciones han contribuido a que haya menos fumadores, ya que hasta ahora se percibía un trasvase de un tipo de tabaco a otro, pero el cómputo global de ventas seguía aumentando de un año a otro.
Tanto en 2008 con en 2009 se percibía un descenso en el consumo de cigarrillos y un incremento simultáneo de cigarros, tabaco de liar o de pipa, motivado por el aumento del precio de las cajetillas. Es decir, era evidente que los fumadores de pitillos se estaban pasando a la picadura, pero eso no impedía que los ingresos totales por venta de tabaco fueran mayores que en el ejercicio anterior. En 2009, por ejemplo, se recaudaron en Lugo 78 millones de euros, y en 2010, 85.
Sin embargo, este es el primer año que desciende el cómputo global con respecto al anterior, y de forma tan significativa.
Aunque los lucenses se hayan gastado menos en tabaco, continúa ese trasvase del cigarrillo a otros tipos más baratos. Así, se pasó de consumir 21,5 millones de cajetillas en los primeros once meses de 2010 a 18 en el mismo periodo de 2011 (suponen 3,5 millones de euros menos) . A su vez, la venta de tabaco de pipa se incrementó en 1.606 kilos; en 3.308 kilos en el caso del tabaco de liar; y más de cuatro millones de unidades en cigarros, la subida más espectacular.
La tendencia es similar en Galicia, donde los estancos ingresaron 28,4 millones de euros menos (588 millones en total), y en España 462 millones menos (11.387 millones en total).
La vicepresidenta de la Asociación Provincial de Estanqueros, Aurora Carro, considera que estos datos son consecuencia de la ley antitabaco que se empezó a implantar a principios de año. Observa, además, «un ataque absurdo a las cajetillas» al gravarlas con unos impuestos más elevados que a los otros tipos.
Carro dice ser consciente de que el tabaco no es bueno, «pero se le ataca demasiado, más que la droga o el alcohol». Considera que en el descenso del consumo influye la economía, pero también el hecho de que no se pueda fumar en restaurantes y bares y que la gente tenga que salir a la calle, lo que hace que fumen menos.
Aurora Carro asegura que el sector que representa demanda que se vuelva a la fase anterior de la ley, que contemplaba la posibilidad de fumar en lugares cerrados si cumplían ciertos requisitos y estaban separados del resto.
