Las nuevas tasas judiciales impuestas por el Ministerio de Justicia entraron en vigor el de forma efectiva el pasado 17 de diciembre. Menos de tres meses después, ya se pueden comprobar sus efectos contradictorios.
Por un lado, está claro que el objetivo de reducir el volumen de trabajo del sistema de Justicia se está cumpliendo, aunque de momento solo en los tribunales de segunda instancia, en los que se han de pagar las tasas más caras. La sección civil de la Audiencia Provincial de Lugo ha percibido un descenso de los recursos en torno a la mitad con respecto al año pasado.
Sin embargo, en los juzgados de primera instancia de Lugo el efecto hasta el momento ha sido el contrario, ya que todavía arrastran el aluvión de asuntos presentados en los meses antes de que entraran en vigor las tasas para eludirlas, y además soportan las complicaciones y retrasos que implican la gestión de las mismas, por lo que se están ralentizando y ahora tardan más tiempo en señalar los juicios.
