Las quejas por la higiene de la piscina de Frigsa continúan tras tres meses

La reforma de la piscina cubierta de Frigsa concluyó el pasado verano. xesús ponte (aep)
photo_camera La reforma de la piscina cubierta de Frigsa concluyó el pasado verano. xesús ponte (aep)

La nueva piscina de Frigsa no acaba de arrancar. Tres meses después de su apertura, los usuarios siguen poniendo de manifiesto graves problemas de higiene, como la turbiedad del agua y los charcos que se forman en las zonas de las duchas, donde la presencia de pelos va a más a medida que avanza la jornada.

Los problemas relativos a los vestuarios fueron detectados desde el mismo momento de reapertura de la piscina. Las instalaciones fueron reformadas a la vez que se construyó el segundo vaso, pero el hecho de que parte de las duchas masculinas se hayan cerrado, según indicaron algunos usuarios, demuestra que no están preparadas para un correcto funcionamiento.

El origen del problema está en que los desagües no funcionan adecuadamente y que el pavimento es muy rugoso, una circunstancia que responde a las exigencias que establece la normativa de piscinas para evitar resbalones pero que dificulta mucho la limpieza con métodos convencionales.

Ante esta situación, semanas después de la reapertura de las instalaciones, el Concello empezó a probar máquinas aspiradoras de líquidos y sólidos, pero los hechos demuestran que no son suficientes, a juzgar por las quejas de los usuarios. Éstos creen que la solución podría estar en un servicio de limpieza más constante.

Algunos bañistas han empezado a plantearse la recogida de firmas para reclamar que se vuelvan a hacer reformas en el recinto, recien remodelado. Justifican la disposición a iniciar presiones en el hecho de que, aseguran, hay usuarios que «incluso han cogido hongos por las malas condiciones higiénicas.

En cuanto al agua, los usuarios explican que no siempre está en malas condiciones, pero aseguran que algunos días no sólo está turbia sino que incluso presenta elementos en suspensión. Quienes bucean dicen que en el fondo hay mucha suciedad.

Desde septiembre, las piscinas cuentan con el mismo sistema de depuración que el de As Pedreiras, basado en un aparato de ionización que polariza el agua de tal forma que se necesita menos cantidad de cloro para mantener iguales niveles de salubridad, según explicó el Concello en su momento.

Con este método, las instalaciones no sufren tanto y los usuarios respiran menos cloro, aunque el sistema no convence a los bañistas debido al aspecto que presenta el agua muchos días.

El funcionamiento de los grifos de las duchas también generó quejas al principio, ya que estaban dotados de un sistema de pulverización para ahorrar agua, al igual que la ausencia de perchas en la zona de taquillas, donde sigue sin haberlas.

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