UNO DE LOS estudios cinematográficos más activos durante la República y la inmediata posguerra fue Roptence. Las oficinas y platós de esta productora propiedad de José María Escriñá estuvieron ubicados en la calle Príncipe de Vergara de Madrid, hoy prolongación de General Mola. El edificio principal de los estudios fue el llamado palacio Goyanes Capdevila, propiedad del famoso médico monfortino cuya hermana Teresa se había casado con el arquitecto que lo diseña en 1919, Antonio Vázquez Figueroa. En la actualidad sirve de sede nacional a la orden Teresiana.
Entre una actividad y la otra, el plató de rodaje también albergó el cine Mola, que en su época se citaba como el segundo más grande de la capital y que posteriormente se reconvirtió la macrodiscoteca Jácara.
Algunos de los hitos destacados de Roptence fueron las películas históricas Inés de Castro y El alcalde de Zalamea. También vivió el debut cinematográfico de numerosos actores, entre ellos, José Luis López Vázquez, que allí rodó su primer largo, María Fernanda, La jerezana. En Roptence trabajó como scrip de rodaje y traductora de guiones la escritora Carmen Conde.
La casualidad quiso que el cierre de los estudios llegase cuando otro gallego rodaba allí una película que quedó inconclusa, Wolfram, del vigués Manuel Mur Oti.
