Las obras de varios tramos de la autovía Lugo-Santiago llevan meses paralizadas

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Las obras de la autovía de Santiago están paralizadas desde hace meses en varios tramos. La actividad es prácticamente inexistente entre Monte de Meda (Lugo) y Palas y entre Arzúa y Lavacolla. El tramo intermedio, Palas-Arzúa, ni siquiera tiene proyecto técnico y en el resto del trazado, coincidente con el término municipal de Lugo, los trabajos son lentos.

El Ministerio de Fomento rehusó ayer a través de su gabinete de comunicación explicar cuál es el estado actual de las obras y con qué plazos trabaja. La administración todavía no dispone de presupuesto para 2012, por lo que es difícil prever cómo avanzarán los trabajos y si será posible abrir al tráfico algún tramo este año, como había anunciado el anterior Gobierno.

En 2011, Fomento destinó 13 millones de euros a la autovía de Santiago, pero la cantidad consignada para algunos tramos fue baja (152.000 euros para Vilamoure-Monte y 393.000 euros para Guntín-Palas de Rei) y para el de Arzúa-Lavacolla ni siquiera hubo dinero.

La zona donde hay más actividad actualmente y en la que se aprecia un mayor cambio respecto a hace unos meses es la correspondiente al término municipal de Lugo. Desde Nadela a Monte de Meda hay máquinas y obreros trabajando en varios puntos, pero desde agosto no hubo grandes cambios.

Las empresas adjudicatarias siguen realizando movimientos de tierra y a la vez trabajan en algunas estructuras, como pequeños viaductos para enlazar la que será la A-54 con carreteras existentes, como la de Lugo-O Páramo.

La necesidad de variar el trazado de la autovía en la parroquia de Coeses para salvar los restos de un castro ralentizó los trabajos en esa zona durante algunos meses, aunque la Dirección Xeral de Patrimonio ya dio el visto bueno a la nueva propuesta hace casi dos años.

En el Concello de Lugo, una de las actuaciones de mayor envergadura será la construcción de un puente para salvar el río Miño en las inmediaciones de Nadela.

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Uno de los tramos en los que se hace más patente la deceleración de los trabajos es el que va desde Monte de Meda a Guntín. Ocho grandes pilares que servirán para que la autovía salve la N-540 en O Picato, construidos durante el verano, son el último vestigio de una actividad que se ralentizó desde septiembre y que hoy es inexistente. Desde hace unos dos meses no hay rastro ni de maquinaria ni de operarios en los casi once kilómetros que separan Monte de Meda de Montecalvo. En esta última zona tampoco hay actividad pese a ser uno de los puntos neurálgicos del trazado, al proyectarse allí el enlace con la autovía a Ourense.

El panorama no mejora demasiado en el siguiente tramo, que llega hasta Palas y cuyas obras arrancaron en marzo de 2010. Si bien hay máquinas entre Vilar de Donas y Salaia, en donde continúan con los desmontes, el dispositivo humano y material ha decrecido de forma sensible. La prueba es el menor trasiego de trabajadores por Guntín y Palas, según atestiguan empleados de negocios hosteleros y gasolineras donde antes era frecuente su presencia.

Más verde está aún el tramo de Palas a Arzúa. La necesidad de proteger la sierra de O Careón fue uno de los motivos del retraso en esta zona. El Gobierno está pendiente de adjudicar la redacción del proyecto técnico para la vía, que discurrirá por el sur de Melide. Por lo que se refiere al último tramo, Arzúa-Lavacolla, las obras empezaron en diciembre de 2009 pero en algunas zonas solo se han realizado desbroces. En otras sí hubo un mayor avance en la excavación, pero ha desaparecido prácticamente toda la maquinaria, salvo en una zona próxima a Suso (O Pino), donde esta semana trabajaba un camión, una pala y varios operarios.

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