Las obras de Fomento en Lugo avanzan a cuentagotas

La pasarela sobre el Miño a la altura del fluvial lleva meses parada (Foto: Pepe Álvez)
photo_camera La pasarela sobre el Miño a la altura del fluvial lleva meses parada (Foto: Pepe Álvez)

La mejora del acceso al polígono de O Ceao desde la N-VI va camino de convertirse en el Escorial de Lugo, una ciudad acostumbrada a tener que esperar pacientemente por obras de primera necesidad. Cuatro años hace que comenzaron los trabajos en el cruce de la N-VI con Benigno Rivera, probablemente uno de los puntos con mayor densidad de tráfico, ya que además de O Ceao, en esa zona existen numerosas empresas y es la salida natural a otros parques del entorno, como los de Outeiro de Rei y Rábade.

Con la apertura del túnel que salva la N-VI, los trabajos quedaron paralizados durante varios meses hasta que se retomaron para construir un paso elevado sobre al que se accederá en un ascensor que aún no funciona.

Vinculada a esta actuación está la mejora de Benigno Rivera, la avenida que conduce al polígono y cuya obra no acaba de finalizar, a pesar de que la mediana provisional de plástico que separó los dos sentidos de la calzada durante largo tiempo fue sustituida este año por una de hormigón que sigue sin convencer por las dificultades para cruzar al otro lado.

Ésta no es, sin embargo, la única obra de Fomento con asombrosa demora. El desdoblamiento de la N-VI entre A Tolda y Nadela tiene poco que envidiarle. Tras varios años de retraso con las previsiones iniciales, en marzo de 2006 comenzó el derribo de casas para, a continuación, iniciar el movimiento de tierras, pero las obras estuvieron paradas varios meses debido a defectos en el proyecto.

El caso es que, de momento, la finalización de los trabajos no se prevé a corto plazo, puesto que, aunque en algunos tramos ya se circula por la parte nueva, en otras zonas apenas se ha avanzado. De hecho, la empresa compagina trabajos de asfaltado con movimientos de tierra y en la zona más próxima a la ciudad, el barrio de A Tolda, la obra está muy verde.

Van dos años y medio de trabajos y Fomento no da explicaciones del retraso de un proyecto cuyo final no se vislumbra.

Competencia de Fomento es también el alumbrado de la N-VI desde O Ceao hasta A Tolda, una actuación programada desde hace años y demandada desde hace muchos más por lo que de mejora de la seguridad vial supondrá en una vía de tráfico muy denso.

Los trabajos comenzaron en septiembre pasado y se desarrollaron a un ritmo razonable. De hecho, están terminados desde hace varios meses, pero las farolas aún no alumbran a pesar de que, desde el pasado fin de semana, es noche a partir de las seis de la tarde.

Al igual que en el caso de la NVI, Fomento no atiende a las consultas de este periódico, por lo que la única respuesta llega del concejal de Infraestruturas, José Piñeiro. «La culpa no es de Fomento ni del Concello, sino de la Consellería de Industria. Presentamos los papeles
antes del verano y seguimos esperando. Primero no le valía el proyecto, después lo modificamos y pidió uno completo nuevo, después solicitó la firma de un ingeniero industrial y, lo último, que se identificara el jefe provincial de Carreteras», denuncia el edil.

Claro que Fomento no es la única administración lenta. La Confederación Hidrográfica mantiene parada desde antes del verano la pasarela del Miño por problemas financieros de la empresa adjudicataria, a la que el organismo estatal ha dado una segunda oportunidad,
por lo que espera una respuesta en los próximos días.

Fruto precisamente de obras de la Confederación y de las del alumbrado, el parque del Miño quedó en tal mal estado que el Concello decició asumir su reparación tras infructuosas negociaciones con las administraciones responsables. Sin embargo, las obras no acaban de arrancar y el invierno ya está ahí.

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