No hay denuncias judiciales pero sí hay una constatación diaria: los atropellos en el casco urbano lucense aumentaron, en el último año y medio, en una cuarta parte más. Entre tanto, el resto de los accidentes de tráfico, en carretera, disminuyeron.
El Colegio de Mediadores de Seguros de Lugo, presidido por Encarna Calaza, tiene la respuesta a este aumento: una parte de estos accidentes podrían ser provocados por las propias víctimas para cobrar la indemnización de la aseguradora, que llega a alcanzar hasta 9.000 euros, gastos médicos incluidos.
Los mediadores de seguros calculan que entre un 5 y un 7 por ciento de los atropellos podrían ser provocados por el propio peatón, que se tiraría al vehículo para cobrar una indemnización que lo saque de un apuro económico. «Como mínimo, cada atropellado cobra 29,75 euros al día, si sus lesiones no son impeditivas y 55,27 euros, si lo son, es decir, si tiene que guardar cama o no se puede mover», afirma Encarna Calaza.
El tiempo de baja oscila, generalmente, entre los 45 y los 70 días. Por lo tanto, una víctima de un atropello podría embolsar entre 4.000 y 5.000 euros de indemnización, que pagaría el seguro, quien también deberá hacerse cargo de otros 2.000 ó 3.000 euros más por gastos médicos.
Encarna Calaza afirma que esto es lo que está pasando: «El fraude existió toda la vida pero ahora, desde hace año y medio, hay gente que está muy desesperada y va a por todas». Sin embargo, no hay pruebas para denunciarlo. Entre otras cosas, porque la mayoría de estos atropellos se cursan sin atestado policial, alegando, en principio, la víctima «una buena voluntad» que acaba, a los dos o tres días, en una reclamación al seguro.
Atestado
Ante esta situación, Encarna Calaza recomienda que, siempre que haya un atropello se levante un atestado policial: «Siempre hay que levantar atestado, no basta con un parte amistoso. Al hacer un atestado, los datos del accidente van a un registro único, compartido por la Guardia Civil y la Policía Local, y en que se puede saber qué peatones son reincidentes a la hora de provocar un atropello y actuar en consecuencia, porque existe un fraude al que le tenemos que poner freno».
Hasta el momento, el Colegio de Mediadores de Seguros no actuó por vía judicial contra ningún atropellado estafador. En cambio, Encarna Calaza recuerda que, hace unos veinte años, una mujer practicaba este tipo de fraude en Santo Domingo. Finalmente, fue descubierta porque sus atropellos acabaron en la vía penal y se comprobó que era reincidente.
En otro caso, un hombre también fue descubierto cuando, después de ser atropellado varias veces en As Gándaras, finalmente le tuvieron que amputar una pierna en otro atropello mal calculado.
Para Encarna Calaza, las víctimas, en este caso, no son los atropellados sino los conductores, especialmente las mujeres. «Escogen, sobre todo, a conductoras porque suelen volcarse más con los heridos», dice la presidenta del Colegio de Mediadores de Seguros, que añade que este tipo de sucesos se suelen dar más con niños en el coche, preferentemente en horarios de entrada o recogida de colegios.
