La segunda fase de las obras de rehabilitación de la antigua cárcel acaba de arrancar y va a suponer un mínimo de treinta empleos, según explicó ayer el alcalde, José López Orozco, que recordó que la UE financia el 80 por ciento del coste del proyecto de reconversión del viejo presidio en un centro cultural.
La intervención que arrancó ayer se centra en la parte del edificio que ocupaba la Policía Local, donde, entre otras dotaciones, se creará un auditorio.
Los trabajos, enmarcados en el plan Urban, tienen un presupuesto global de 3,7 millones y en la segunda fase se van a invertir 1,4 millones.