La vecina de Labio a la que el pedáneo y otras dos residentes le culpan de hacerles la vida imposible con continuas denuncias por infracciones urbanísticas, contra el patrimonio y contra el medio ambiente salió ayer al paso de estas acusaciones. «Conmigo se meten las tres personas que se quejan de acoso», afirmó.
La situación es insostenible en esta parroquia del municipio de Lugo desde que hace dos años se entabló un litigio por la construcción del nuevo muro de cierre del cementerio, que la Administración autonómica ordenó demoler.