La tuna de Veterinaria vuelve a dar serenata

Bañistas en el Club Fluvial (Foto: Pepe Álvez)
photo_camera Bañistas en el Club Fluvial (Foto: Pepe Álvez)

En 1987, cuando el campus de Lugo estaba desplegando sus alas, alguien pensó que una tuna reforzaría la imagen universitaria. Se reunió a antiguos tunos, ya licenciados, y estudiantes de las titulaciones que había entonces y se creó una formación de este tipo, cuenta uno de ellos, Agustín Montero , rebautizado como ‘Colores’, siguiendo la tradición de poner a todos un mote. El impulsor fue Ricardo Pérez Rosón , entonces presidente del Colegio de Veterinarios, que quería «darle aire a la facultad» y por eso se le otorgó ese nombre. Los primeros alumnos de Veterinaria cursaban entonces segundo curso en lo que hoy es la facultad de Ciencias. Aquellos primeros integrantes y algunas decenas más se reunirán el sábado en Lugo para cantar y recordar.

El proceso de formación fue considerablemente rápido. La Diputación ofreció un local de ensayo y los trajes, y la esposa de Pérez Rosón, Amalia, ejerció de madrina. Tocaron la primera vez en octubre de 1987 -apadrinados por las tunas de Telecomunicaciones y Montes de la Complutense- «y en noviembre ya estábamos recorriendo Europa, con invitación de la Universidad de Passau», recuerda ‘Colores’. Con las actuaciones se subvencionaban el viaje, y así lo harían muchas otras veces.

Poco a poco se fue apuntando gente, algunos sin tener idea de música, que hubieron de pasar las fases de pardillo, vicetuno -cuando conseguían la beca- y tuno -cuando lograban el escudo en la beca-. Con el tiempo, llegaron a pasar por la formación 63 personas, de los que unos cincuenta acudirán el sábado.

Hace años que los que siguen vinculados a Lugo decidieron formar una asociación de antiguos tunos, y al menos una vez al año se ponen «el brillo» (traje). Dice Juan Tinaquero , que organiza el encuentro desde A Coruña, que la tuna es una especie de sacerdocio que se toma para toda la vida.

A la jornada del sábado también están invitados los tunos de honor: Francisco Cacharro Pardo , Andrés del bar Rúa y Paco Rivera , que con este título vieron recompensados su colaboración con la formación. A partir de las 13.30, la tuna se dirigirá a la Praza do Campo y por la tarde, a las 19.30, los reforzarán miembros de La Compostelana, la Universitaria de Ferrol, la Universitaria de Vigo, Arkitektuna y la Universitaria de A Coruña.

La mayoría son ya talluditos, porque es difícil regenerar este tipo de formaciones musicales, asegura ‘Colores’.

EL CALOR SE PASA EN REMOJO
Decenas de bañistas se concentraron en el río, mientras las amas de casa despidieron el curso con una comida en el Club Fluvial

lugo mira al río en cuanto se percibe una mínima subida de las temperaturas. Si, además, la subida es notable, como la de los últimos días, el cauce adquiere un aspecto parecido al de una playa: de los plácidos paseos por las orillas se pasa directamente al chapuzón continuado o se opta por permanecer, durante las horas más calurosas, en remojo.

Decenas de lucenses hicieron ayer lo propio: desde familias enteras pasando la tarde a la sombra hasta adolescentes tomando el sol, todos se dieron cita en el Miño. El Club Fluvial estaba abarrotado. Con los escolares ya de vacaciones y los estudiantes de instituto que han dejado atrás la Selectividad, sumado al hecho de que muchos trabajadores estrenan horario de verano, las tardes de calor parecen hechas para pasarlas tumbados junto en las orillas del río.

Pese a que suelen ser muchos más los que se limitan a tomar el sol, descansar en la sombra o incluso mojarse tímidamente, lo cierto es que en jornadas como las de los últimos días los bañistas han crecido exponencialmente con respecto a anteriores días en los que el calor se manifestaba más tímidamente. Con las previsiones de altas temperaturas para los próximos días, previsiblemente se repetirán las mismas escenas a lo largo de esta semana.

Comida de fin de curso de la asociación de amas de casa

La asociación de amas de casa y consumidores Lucus elegió precisamente el restaurante del Club Fluvial para celebrar su comida de despedida del curso.

Las socias del colectivo que preside Pilar Becerra disfrutaron de un almuerzo de confraternidad con vistas al río en una jornada calurosa.

La comida suele poner punto y final a las actividades formativas de la asociación, que las retoma en septiembre, una vez que pasan los meses estivales.

Con anterioridad a la comida, y así ha ocurrido también este año, las socias han desplegado una intensa actividad a lo largo del año. Se han organizado varias conferencias sobre consumo y se han realizado excursiones a varios destinos.

Durante los últimos meses hubo también algunos cursos y una de las actividades estrella fue la preparación de un libro de recetas de cocina, que vio la luz hace muy poco.

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