El árnica es una planta muy apreciada en farmacología y con un alto valor económico. Galicia exporta grandes cantidades, aunque la excesiva recolección ha mermado su presencia. Investigadores de la USC proponen recuperar su cultivo.
Muchos lucenses de cuarenta años en adelante recordarán los tiempos en los que la recolección de árnica silvestre era un complemento habitual de las economías agrarias. Allá por mayo, los prados destinados a la siega se llenaban de un manto de flores amarillas que eran recolectadas a mano para luego venderlas a un intermediario, habitualmente un vecino del entorno, que era el primer eslabón de una cadena cuyo fin solía estar en la industria farmacéutica francesa o alemana. Por el camino, el precio inicial de aquellas flores amarillas - entre 6 y 9 euros por kilo a finales de los años 90- se iba incrementando hasta prácticamente multiplicar por diez la tarifa inicial.
El cambio de uso de las tierras y la recolección abusiva han mermado enormemente las poblaciones silvestres y, por lo tanto, esta práctica, pero todavía se sigue llevando a cabo en algunas zonas de Lugo y Ourense. A pesar de ser una actividad casi invisible, la profesora de la Escuela Politécnica Superior Rosa Romero asegura que Galicia es, junto con Rumanía, una de las principales suministradoras de esta materia prima a los laboratorios.
Suelos ácidos y sin competencia
El árnica es una planta acidófila, es decir, le gustan los suelos ácidos, y compite mal con otras especies, que la desplazan con facilidad, explica Rosa Romero. En una de las parcelas experimentales que su grupo tiene en Os Ancares, comprobaron que en las zonas donde no se siega ni entra el ganado, el árnica no florece porque queda sombreada por otras plantas. Por eso, es altamente compatible con el pastoreo, siempre y cuando la carga de ganado en el terreno no sea excesiva.
PROPIEDADES. Conocida desde antiguo
- El Árnica montana es una planta medicinal usada desde antiguo por sus propiedades bacteriostáticas, fungiestáticas (impide la reproducción de bacterias y hongos), antiinflamatorias, antirreumáticas, cardiotónicas y antihiperlipídicas. En la medicina tradicional se ha venido utilizando especialmente para aliviar el dolor o la inflamación de los músculos y de las articulaciones y para reducir golpes y hematomas. Hoy en día es una de las plantas más demandadas en los despachos de farmacia europeos.
Los grupos de investigación dirigidos por Rosa Romero, Manuel A. Rodríguez Guitián, Elvira López Mosquera y la empresa Geneacqua, una spin off salida de la USC, han elaborado un plan con el objetivo último de favorecer la creación de empresas de cultivo de árnica para abastecer la industria farmacéutica. El plan no ha despegado hasta el momento por falta de financiación, pero ya lo han presentado a varias convocatorias para conseguir fondos. La última, la del premio Aresa. Su propuesta incluye varios campos de actuación, desde analizar genéticamente las variedades presentes en Galicia hasta establecer estrategias de aprovechamiento sostenible de las poblaciones, definir las mejores condiciones y técnicas para su domesticación y divulgar los hallazgos.
