es publicista pero a Iria Álvarez Garrués le gusta la literatura desde que tenía 12 años, cuando escribió un libro de misterio que se quedó, finalmente, en un borrador. Sin embargo, ahora no fue así. Esta lucense publicó recientemente su ópera prima, una novela titulada ‘Mientras la música suena’, un libro que dedicó a sus padres.
«Desde pequeñita me gusta escribir, sobre todo poesía y relatos cortos. Esta novela la empecé a escribir hace tiempo y pensé, desde el principio, que la tenía que publicar. La fui escribiendo poco a poco, cuando tenía algún rato libre», cuenta.
Cuando vio su obra publicada, asegura que fue de las cosas que más ilusión le hicieron en sus 32 años de vida. Especialmente, cuando se la presentó, por sorpresa, a su familia y a su novio.
«Nadie sabía que la estaba escribiendo y el primer ejemplar se lo regalé a mis padres. Les hizo muchísima ilusión», afirma.
‘Mientras la música suena’ narra la historia de una joven que trabaja en una agencia de publicidad -hasta ahí el único punto de coincidencia con la vida personal de Iria-. Esta chica plasma todo lo que le pasa en un diario y su historia personal constituye el argumento del libro.
«Se mezclan dos escenarios: España y Cuba. Llega un momento en que también hay saltos en el tiempo y el lector no sabe, realmente, si lo que se cuenta son sueños de la chica o es la realidad. En el libro, también se habla de la historia de muchas personas y de la historia reciente de Cuba y Fidel Castro», señala Iria Álvarez.
Hasta el final de la obra no se desvela el por qué del título, ‘Mientras la música suena’, que hace referencia a un cedé que una amiga de la protagonista trajo de Cuba y que está sonando durante todo el relato.
«Meto a Cuba en este libro porque estuve allí y me encantó ese país, por eso me gustaba que apareciese en esta novela alguna referencia», explica.
La vida diaria de Iria Álvarez apenas deja tiempo para el ocio. Ella misma reconoce que le cuesta sacar tiempo para sus aficiones. Pese a todo, no descarta ir a por el segundo libro.
«Ojalá pueda sacarlo adelante. A mí siempre me gustó mucho escribir, aunque estudié Publicidad y Relaciones Públicas, una profesión que también es otra de mis pasiones», afirma esta joven.
Quizás la publicidad y la literatura tengan más de un punto en común, al fin y al cabo en las dos se comunica un mensaje.
«La literatura está relacionada con todo. A veces, me llevo las manos a la cabeza cuando veo, en medios estatales o en la televisión, faltas de ortografía en los anuncios. La publicidad, como la literatura, se basa en hablar y escribir bien. Además, personalmente, he de decir que siempre fui de Letras y, por eso mismo, la literatura tiene que estar relacionada con la publicidad», cuenta Iria Álvarez, que estudió la carrera en Segovia para después cursar inglés en Irlanda.
Finalmente, recayó en Lugo, junto a su familia y dedicándose a las dos cosas que más le gustan: la publicidad y la literatura, lo que le aporta, seguramente, un gran arsenal dialéctico a la hora de hacer los anuncios.
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