La Protectora de Lugo retira una perra dada en adopción por mala atención

La perra, en la Protectora. SEBAS SENANDE
photo_camera La perra, en la Protectora. SEBAS SENANDE

La Protectora de Animales y Plantas de Lugo retiró hace unos meses una perra que había dado en adopción. El motivo es que la situación en que vivía no era la adecuada y, además, sus propietarios habían incumplido la obligación de esterilizarla, puesto que tenía varios cachorros.

El presidente de la Protectora, Francisco Javier García Calleja, explicó que la asociación recibió un aviso de que el animal había parido, así que se desplazó junto al veterinario al lugar donde vivía la perra y se encontraron con que, efectivamente, tenía dos cachorros con ella. «Y por el desarrollo mamario que tenía creemos que ya había parido otra vez», explica Calleja.

Además, el animal estaba en una especie de alpendre cerrado, al que casi no entraba luz, con evidente falta de higiene y no había sido desparasitado.

El presidente de la Protectora explica que en el contrato de adopción se establece que los nuevos propietarios se deben comprometer a dar al animal un cuidado acorde con sus características. Debe estar en una estancia agradable, no puede estar preso permanentemente y debe recibir una alimentación adecuada y cuidados veterinarios preventivos y curativos.

Además, en el caso de esta perra, sus nuevos propietarios tenían la obligación de esterilizarla, ya que cuando salió de la Protectora tenía menos de cuatro meses, por lo que no había dado tiempo a operarla.

«La situación del animal no era exactamente de maltrato, pero los dueños habían incumplido el contrato de adopción y su estado no era el adecuado, así que la junta directiva tomó la decisión de retirársela. Se lo comunicacmos por correo certificado y no fue agradable, pero es nuestra obligación», explica García Calleja.

Regreso

La perra regresó a la Protectora con sus dos cachorros, que ya fueron dados en adopción. La madre fue desparasitada y esterilizada, pero le ha surgido un problema en los ojos y debe ser operada antes de poderla dar en adopción otra vez.

Es un cruce de pekinés, pesa unos seis kilos y, pese a que al principio parece un poco desconfiada, enseguida coge confianza, asegura García Calleja, que no recuerda exactamente cómo llegó a la Protectora. «Sé que era un cachorro, y se adoptó rápido, pero tuvo mala suerte», lamenta.

El responsable de la sociedad lucense explica que, afortunadamente, son pocos los casos en los que la Protectora se ve obligada a retirar animales dados en adopción. «Hace dos o tres años que no teníamos un caso, aunque hay que decir que no tenemos medios para realizar una labor de inspección sobre todos los animales que damos en adopción», afirma el presidente de la organización.

EXIGENCIAS
''Un señor nos pidió un perro que no ladrara y, después, que ladrara''

El presidente de la Protectora lucense explica que hay personas que acuden en busca de un perro sin ningún tipo de exigencia.Quieren hacerle feliz el tiempo que le queda, por lo que les da igual qué animal llevarse a casa. Sin embargo, por la sociedad también pasan muchas personas con la actitud contraria. «Piden raza, pedigrí..., piensan que esto es una tienda gratuita», afirma García Calleja con gesto indignado.

Como ejemplo de las exigencias que llegan a plantear algunos ciudadanos, el responsable de la Protectora recuerda el caso de un señor que en el 2007 acudió en busca de un perro que no ladrara. Iba a vivir en un piso, así que se supone que no quería complicaciones con los vecinos. Lo curioso es que, pasado un tiempo, se trasladó a una finca y entonces quería que ladrara.

Cachorros. Aproximadamente la mitad de los perros que llegan a la Protectora acaban saliendo, pero el tiempo que tardan en encontrar un hogar varía mucho.

«Cuanto más jóvenes, más opciones tienen, aunque si son cachorros es más difícil saber cómo van a salir. Hay que hacer un mayor esfuerzo para educarlo, socializarlo... En cambio el carácter de un perro adulto ya lo conoces». explica García Calleja.

Con todo, son los cachorros los que antes encuentran familia adoptante. Por la contra, hay perros que llevan en la Protectora desde el año 2002, lamenta su presidente.

 

400 perros esperan para ser adoptados

Unos 400 perros esperan a ser adoptados en la Protectora de Lugo. La tasa de adopción ronda el 54%, aunque en los dos últimos años ha bajado «unos cuatro o cinco puntos», algo que parece directamente relacionado con la crisis económica que viven muchas familias.

«El gran problema es que los abandonos no disminuyen», explica García Calleja. Al contrario, aumentan en algunas épocas del año, como cuando finaliza la temporada de caza. «Tenemos una buena colección de perros de caza y llama poderosamente la atención que los abandonos aumenten en febrero y marzo», afirma.

A cazadores no se dan

Para adoptar hay que ser mayor de edad, demostrar interés y explicar para qué se quiere el animal. Con todo, la Protectora de Lugo no entrega perros a cazadores.

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