«Estamos todo el año esperando y ...». Una cofrade se lamentaba así ayer de que la lluvia impidiera que la procesión del Buen Jesús y del Nazareno saliese a la calle. Pero el desfile se celebró igual. Discurrió por el interior de la catedral.
El sacerdote que presentó desde el Altar Mayor la procesión animaba a los devotos a que sacasen «fuerza y alegría ante estas inclemencias meteorológicas». Es el primer acto de la Semana Santa lucense que se ve alterado por las incesantes precipitaciones de agua.