La Policía se desplegó siete horas para abortar el rastrillo del centro de Lugo

La Policía Local de Lugo se desplegó el domingo durante más de siete horas por la Praza da Soidade y la Rúa Quiroga Ballesteros para impedir la celebración del mercadillo dominical, que ha seguido organizándose pese a la decisión del Ayuntamiento de prohibirlo, adoptada hace meses.

El despliegue de los agentes comenzó a la seis de la mañana, con el fin de impedir desde primera hora que los vendedores pudieran llegar a montar sus puestos.

Pasada la una de la tarde, agentes de Policía y vendedores seguían en la zona, unos intentando hacer cumplir la decisión de impedir el mercadillo y otros intentando buscar un hueco para vender. Como espectadores, muchos lucenses sorprendidos por la situación.

La operación fue larga y con momentos de tensión, aunque sin mayores incidentes. La Policía Local, por lo demás, no confiscó ninguna de las mercancías que los vendedores intentaban poner a la venta.

Lo que sí hubo fueron sonoras protestas de los vendedores ocasionales que acuden a ese rastrillo, que, sin ningún tipo de licencia para vender en la calle, acuden sobre todo con objetos de segunda mano. Así, ante la firme postura de los agentes, protestaban con gritos como "Vamos a tener que ir a robar".

El despliegue policial se decidió, según el portavoz del área de protección de la comunidad, ante el hecho de que los vendedores seguían acudiendo al centro a montar el mercadillo pese a la decisión del Concello de prohibirlo. La resolución se tomó hace unos meses y vino motivada en buena medida por las sospechas sobre la legalidad del origen de muchos de los objetos que allí se ponían a la venta.

La situación del mercadillo fue derivando progresivamente desde su puesta en marcha en los años 90 del siglo pasado y desde hace años allí se vendían sobre todo objetos viejos de escaso valor.

El mercadillo estaba lejos de ofrecer la imagen que quiere el Ayuntamiento para el centro, principal foco turístico de la ciudad. Eso, unido a que había serias dudas sobre el origen de mucha de la mercancía, llevó a la decisión de prohibirlo.

La actuación del domingo se produce, por lo demás, poco tiempo después de que se hayan comenzado a registrar quejas también sobre la situación que se da en el mercadillo de Frigsa.

En el caso de ese mercado, muy consolidado, han sido los propios vendedores autorizados los que han empezado a pedir al Concello que actúe ante la aparición de vendedores con objetos supuestamente falsificados y que ocupan los pasillos.

  • La feria de antigüedades, para mayo. La actuación policial del fin de semana se produjo a pocos días de que, si se cumplen las previsiones, se empiecen a dar los pasos precisos para crear un nuevo mercadillo dominical en el centro. Así, una vez derogada la ordenanza que regulaba el viejo rastrillo, el Concello tiene previsto aprobar en abril la ordenanza del nuevo mercado de antigüedades y coleccionismo.
  • Funcionamiento. El objetivo es que ese nuevo mercado comience a celebrarse en mayo. Tendrá como escenario la Praza Maior y el funcionamiento será distinto, ya que los vendedores tendrán que disponer de una autorización y tendrán puestos preasignados por el Ayuntamiento.

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