La unidad de cáncer de mama del Hospital Lucus Augusti funciona oficialmente desde marzo de este año, aunque ya lo hacía de forma oficiosa en el antiguo Xeral desde el 2003. El radiólogo Manuel Vázquez Caruncho, coordinador de la unidad, precisa que este equipo multidisciplinar permite «la reducción del plazo para conocer un diagnóstico firme y garantiza que las pacientes reciban un tratamiento uniforme. Al ser un grupo de personas que nos dedicamos al mismo tipo de enfermedad, todo el mundo actúa conforme a un mismo criterio y se mejora el rendimiento y la calidad asistencial», explica.
Esta unidad está formada por tres cirujanos, un ginecólogo, un patólogo, dos oncólogos, dos radiólogos y una enfermera. «Con dedicación exclusiva estamos un radiólogo, un ginecólogo y una enfermera. El resto tiene dedicación preferente».
Desde que el médico de cabecera o la unidad de detección precoz de cáncer de mama de la Xunta sospecha que una paciente padece esta enfermedad, se evalúa la preferencia del caso y se le atiende en el plazo inferior a una semana, y no varios meses, como sucedía cuando la enferma tenía que pasar por distintos servicios. «Aquí le hacemos ecografías, mamografías y la biopsia, si es necesaria», manifiesta Vázquez Caruncho. Una semana más tarde se dispone del dignóstico patológico firme y, en caso de que la paciente tenga un tumor, «se la evalúa desde el punto de vista químico y el comité de cáncer de mama, que se reúne una vez a la semana, decide de modo consensuado el tratamiento que recibirá».
Cada año, la unidad atiende una media de 200 casos, de los que alrededor de 170 necesitan cirugía. En los últimos seis años, el tratamiento conjunto del cáncer a través de esta unidad logró reducir en un 30% el número de mastectomías y permitió conservar el pecho a un buen número de mujeres.
El proceso de diagnóstico inmediato se hace en su totalidad en Lugo. Solo la prueba de la ganmagrafía, cuando se analiza el ganglio centinela -el primer ganglio de la cadena linfática- para conocer si se extiende el tumor se efectúa en A Coruña, aunque el resultado está disponible en 24 horas. El Hula dispondrá en un plazo corto de tiempo de equipo de medicina nuclear que permitan efectuar este diagnóstico.
La reducción de los tiempos de hospitalización es otro de los objetivos alcanzados por esta unidad de patologías mamarias. La media se redujo de 12-13 días a los 4-5 actuales. Las pacientes se van a casa con los drenajes y acuden al hospital para hacerse las curas con la enfermera de la unidad, «que sirve de enlace entre la paciente y su familia y el personal que integramos el equipo. Una de sus funciones principales es el seguimiento de los cuidados recuperatorios de heridas y drenajes y únicamente deriva al cirujano a aquellas pacientes que tengan algún problema. Así se agiliza la atención a la paciente, que recibe el alta mucho antes».
Uno de los objetivos a corto plazo de la unidad es la puesta en marcha de la consulta de asesoramiento de riesgo. Las oncólogas se encargarán de valorar la posibilidad de cánceres hereditarios en aquellas mujeres cuya herencia genética favorece el incremento de probabilidades de mutación de los genes Bcra l y Bcra 2, que provoca afecciones en la mama y el ovario en la misma familia. La unidad también controlará otras pacientes que presenten riesgos atípicos, «como el de las mujeres que se hayan radiado en su juventud, antes de los 20 años», precisa Vázquez Caruncho. Esta consulta podría entrar en funcionamiento en el plazo de un mes.
Otro de los servicios que incorporará el hospital es la realización de biopsias por resonancia magnética. «Hasta ahora había que derivarlas a otros centros, pero en un plazo no excesivamente largo ya podremos hacerlas aquí», indica el coordinador de la unidad.
El tumor de mama es el que se da con mayor frecuencia en la mujer en España. En otros países ya comienza a ser la patología pulmonar la más frecuente «y en España existen una tendencia similar a causa del tabaquismo», indica Manuel Vázquez Caruncho. En la comunidad gallega, hay una incidencia de sesenta nuevas enfermas por cada 100.000 habitantes.
El equipo de facultativos de la unidad de patologías mamarias efectúa unas seis mil mamografías al año, alrededor de dos mil ecografías y unas 350 biopsias.
La mortalidad por cáncer de mama se redujo de forma importante en los últimos años, gracias principalmente a las campañas del programa de detección precoz impulsado por la Xunta, que contempla revisiones periódicas a mujeres entre los 50 y los 65 años. No obstante el tratamiento posterior es largo, ya que se acostumbran a precisar unos tres meses de radioterapia, que se eleva a seis en el caso de que el paciente sea tratado con quimioterapia. El posterior seguimiento y control de posibles recaídas se prolonga durante diez años.
