La comisión de seguimiento de la ordenanza reguladora de contaminación acústica se reunió ayer después de cinco años parada con el objetivo de sacar adelante con urgencia un nuevo texto en el que se permita un mayor volumen de ruido en los conciertos o las atracciones instaladas con motivo de fiestas. De esta forma, el gobierno local intenta tener un marco legal en el que actuar para evitar que denuncias como las presentadas por vecinos del parque Rosalía de Castro afecten al normal funcionamiento del recinto ferial, tal y como ocurrió durante el último San Froilán.
Así, el borrador de la nueva ordenanza tiene un artículo que prohíbe con carácter general el uso de megafonía en el exterior, aunque exime de esta limitación a los eventos de interés público que, por su carácter social, político, cultural, recreativo, deportivo o de otra naturaleza, sean de especial significación y tradicional consenso entre la población. De esta forma, fiestas como el San Froilán o el Arde Lucus tendrían una consideración especial y un nuevo grado de limitación sonora, según el cual las mediciones realizadas a cinco metros de los altavoces no podrán superar los 95 decibelios, en el caso de las actuaciones en directo, 85 para las barracas y 75 para la animación callejera. Además, estos niveles genéricos, sobre los que no se especifica el horario de vigencia, se podrían modificar adecuándolos a las posibilidades del entorno.
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