La movida

LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN españoles, con sede central en Madrid, se han volcado estos días con entrevistas y recordatorios de aquel concierto celebrado hace 30 años en la Universidad Complutense y que reunió, en homenaje a un joven músico fallecido en accidente, a un buen número de grupos que comenzaban por aquel entonces, actuación que sería el germen de lo que se conoció luego como la Movida madrileña.

Veinte años no son nada, afirma la canción, y treinta poco más, pero tal como nos han presentado estos días el nacimiento de la Movida da la impresión de que gracias a músicos como los Urquijo, Cano o Alaska, se reinventó España, la vanguardia y la genialidad.

Los que somos un poco más mayorcitos reconocemos que la Movida tuvo su aquel, pero antes que ella, y no me gusta recordar estas cosas y menos hablar de ellas aunque hoy me he lanzado, también hubo vida, esperanza, movimiento e incluso ingenuidad.

Vivimos, por ejemplo, los ramalazos de mayo del 68 francés, que no estuvo nada mal; aquí en Lugo nos íbamos al Discoforum, que presentaba y comentaba Manolo Lombao, para conocer lo último que iba saliendo en música; hacíamos guateques a la luz de las velas con botellón light; acudíamos al “Pipper´s”, la primera discoteca que abrió en la ciudad, incluso en Semana Santa a pesar de la disposición oficial de que sólo se podía “pinchar” música clásica y quedaba prohibido bailar.

También entonces leíamos libros satanizados por el franquismo y comprados en la trastienda de Fusalba; viajábamos a Ibiza con los hippies o al extranjero en tienda de campaña y sin becas Erasmus. Escuchábamos a “Voces Ceibes”, que eran como los de la Movida pero con más multas gubernativas, y hablábamos sin tapujos de libertad sexual mientras sonaba Edith Piaf, Pablo Milanés, los Rolling o Barón Rojo. Incluso nos manifestábamos delante de los “grises” contra el orden establecido y lucíamos largas melenas contestatarias.

Posiblemente entonces si se empezó a abrir camino hacia la democracia pero ninguno ha pensado, hasta el momento, en auto homenajearse. Claro que los de la Movida, con sus treinta años aun están, como quien dice, en rodamiento pero nosotros, recordando todo esto que  hemos dicho, la verdad, parecemos unos fósiles.

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