Los IES confiesan que no sabían cómo actuar ante un velo hasta esta semana

"Es un tema complicado, hasta ahora nunca se nos ha dado un caso", señala el director del instituto Leiras Pulpeiro en relación a la posibilidad de que una alumna musulmana quiera asistir con velo a clase. La experiencia de la niña marroquí que quiere llevar velo en el instituto ha servido para que el resto de centros sepa cómo actuar si se encuentran ante una situación similar, pues hasta el momento no existía una directriz clara por parte de las autoridades educativas. Varios cargos directivos de institutos de secundaria señalan que antes de que surgiera este conflicto habrían pensado que se impondrían las normas del centro, en caso de que establecieran algo al respecto, pero "ahora seguiríamos la directiva da Xunta" —que permite el velo si se respeta el currículo escolar— apuntan.

La niña que pidió portar velo no es la única alumna musulmana, pero sí la única que no ha querido desprenderse de la prenda. En el IES Sanxillao señalan que hace tres años cursó allí sus estudios una joven que también portaba el velo islámico, pero en ese caso "nunca se le dijo nada".

Entre el alumnado lucense hay al menos otras dos chicas que usan 'hiyab', pero no lo han introducido en el entorno escolar. "Nadie les dijo nada, pero 'motu proprio' asumen que en el centro no se usa", señala un miembro de la directiva del centro.

Aunque el velo islámico tiene un sentido religioso del que carecen otros modos de cubrirse la cabeza, lo cierto es que antes de que la Xunta se pronunciase explícitamente sobre qué actitud tomar sobre el 'hiyab', la principal duda procedía de los reglamentos internos de los centros, pues en algunos, los menos, las normas recogen claramente que no se pueden portar gorras o viseras.

El IES 'Ánxel Fole' es uno de ellos. "Los alumnos tienen que tener una forma de presentarse en el aula, y el reglamento especifica que no pueden ir con gorras", explica el secretario del centro, Xoán Manuel Castro. Éste es uno de los casos en los que conocer la perspectiva de la Xunta aporta luz sobre el tema, porque ahora "hay una autoridad superior que se pronunció, y nosotros no vamos a ir en contra de lo que diga", apunta.

El rechazo a gorras, viseras o gafas es general en los centros lucenses, aunque no esté negro sobre blanco. "Por educación, si los niños llevan viseras se las mandamos quitar. Es una norma de urbanidad", explica Ángela Gómez, del Sanxillao. En el caso del Nosa Señora dos Ollos Grandes, tampoco los deberes de los alumnos recogen la obligación de llevar la cabeza descubierta, y explica el director, José Ramiro Gayoso, "cada profesor actúa como le parece".

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