La tradición popular y la religiosa volvieron a fundirse ayer en muchos templos lucenses, donde se celebró la Candelaria. Un año más, se repitió la bendición y encendido de las candelas, un rito al que asisten cientos de fieles y que en Lugo tiene especial seguimiento en la iglesia de San Froilán. Ayer, de todos modos, fueron muchos los fieles que se sumaron a esa misma celebración en la catedral, que también acogió una misa para celebrar el día de la vida consagrada.
La fiesta de la Candelaria, que se celebra a los cuarenta días de Navidad, echa sus raíces en la antigüedad, ya que recrea la tradición judía de presentar a los varones recién nacidos en el templo. La base del rito actual es presentar simbólicamente a Jesús, según recordaba ayer Gonzalo Fraga, canónigo de la catedral y vicario para la vida consagrada.
La tradición se simboliza a través del encendido de las velas, un rito al que en la catedral siguió una procesión encabezada por el obispo, Alfonso Carrasco Rouco. Muchos de los asistentes se llevaron su propia vela y el motivo es que, como explicaba Fraga, muchos lucenses conservan todo el año esas candelas y las encienden «en momentos importantes».
Una seguidora de esa tradición explicaba que en su casa la costumbre es tener la vela en casa y encenderla en momentos de preocupación de pruebas importantes en la vida. «Es como una forma de canalizar los buenos deseos y se enciende cuando tienes a alguien enfermo o un examen importante que superar», explicaba.
A la vez que la antigua tradición, en la fiesta de ayer en la catedral se conmemoraba una costumbre mucho más reciente - instituida hace unos quince años- y que tiene como base celebrar la vida consagrada.
Por eso, a los actos en la basílica asistieron muchos representantes de las 45 comunidades religiosas que hay en la diócesis, pertenecientes a 28 organizaciones religiosas femeninas y ocho masculinas.
De las congregaciones presentes en la diócesis, seis son de vida contemplativa y el resto son de vida activa, dedicadas fundamentalmente a actividades educativas, así como a asistenciales y de caridad. Lugo, con veintiséis comunidades, es la localidad donde hay más congregaciones presentes.
Salesianos y Maristas celebraron el Día de la Paz
Los colegios Salesianos y Maristas celebraron el Día de la Paz. En el primero, se organizó a los alumnos formando una planta, en alusión al lema del centro: sembrando ilusiones. Los chavales, por etapas, compusieron las distintas partes frente al colegio y todos cantaron la canción ‘Paz, paz, paz’ de Juanes, con la que pidieron el fin de la violencia y la instauración definitiva de la paz.
En el caso de los Maristas, el lema elegido fue ‘Latas por la paz’. Cada alumno portó una lata de refresco decorada para la ocasión. Mostrándola expresaron su disconformidad con las distintas situaciones de emergencia en el mundo, desde la violencia de género hasta la tortura o el maltrato infantil. Ambos centros celebran de forma habitual esa jornada para concienciar a los chavales del error de la violencia.