«Es una plaga». Así califica el portavoz vecinal Jesús Vázquez la invasión de pájaros que desde hace meses registra el barrio de A Milagrosa y que se concentra sobre todo en los árboles de la escuela infantil que la Xunta tiene a la altura de la calle Curros Enríquez. «Los desperdicios que dejan en la acera provocan un problema de salubridad en la zona, donde además de la guardería hay una residencia de mayores», explica Vázquez, quien anunció que la Asociación de Veciños, Comerciantes e Industriales de A Milagrosa, que él mismo preside, acaba de presentar una petición en el registro de la Xunta para instar a la delegada territorial a tomar algún tipo de medida para ahuyentar a las aves.
«Antes habíamos hablado con el Concello, pero al estar los árboles en una finca privada, el concejal de medio ambiente nos dijo que no podían hacer nada. Por ello, recurrimos a la Xunta, que es la propietaria de los árboles», explica Vázquez.
El portavoz vecinal considera el problema necesita de una rápida respuesta y plantea desde la poda de los árboles a la utilización de sistemas como los que usa el Concello desde hace años para espantar a los estorninos del Parque o de Ramón Ferreiro, mediante la colocación de aparatos de ultrasonido o de aves rapaces.
El portavoz vecinal insiste en que además de la mala imagen que supone para el barrio la existencia de excrementos en las aceras, también se puede generar un problema de salud entre los niños y mayores que son atendidos en los dos edificios de la Xunta.
