La inquilina del número 7 de la calle Paradai de Abaixo asegura haberse enterado por el periódico de que la junta de compensación de esta zona de desarrollo urbanístico acordó demoler en septiembre la casa en la que reside. La mujer tiene contrato de alquiler hasta mayo de 2014 y no sabe qué va a pasar con su caso, porque el administrador de la finca, indica, no le aclara nada al respecto. Ni siquiera la informó del derribo, apunta. La mujer pide que si se sigue adelante con el plan de demolición, se le indemnice por los meses que le quedarían de contrato o que el Concello la realoje en una vivienda, ya que está en paro y no tiene medios económicos.
La mujer vive en el segundo piso del edificio, que está apuntalado desde que el Concello demolió uno de los inmuebles con los que comparte medianera, en junio de 2012, lo que afectó de forma importante a su estructura. De hecho, la Xunta, que promueve el nuevo puente sobre la vía del tren en esa zona, decidió paralizar la obra porque un informe técnico determinó que los trabajos podrían provocar el desplome.
La mujer asegura antes de la demolición, el edificio era habitable, pero desde entonces se han abierto grandes grietas, se han caído trozos del techo y «cuando llueve entra agua como si estuviera afuera». Su temor es que «en cualquier momento se caiga la casa».
