La gran pureza de la cocaína permitía multiplicar su valor

Massimo Ludovisi había organizado el transporte de droga a Italia con el objetivo de obtener una gran cantidad de dinero que le permitiera huir de la Justicia. Y, si no hubiera sido detenido, lo habría conseguido ya que, pese a que se trataba solo de cinco kilos, su pureza era tan elevada que multiplicaba exponencialmente su valor.

La mercancía había sido transportada por muleros directamente desde Sudamérica, y su pureza se sitúa cercana al 90 por ciento. Cuando esa sustancia llega al mercado negro al menudeo, después de múltiples cortes y adulteraciones, cada kilo se habría convertido en más de diez.

Al parecer, y según los datos que figuran en el sumario, la organización había previsto que, en principio, solo una persona se encargase de llevarla en el coche, preparado para tal efecto. El elegido era un italiano de la misma localidad que el capo, Nettuno. Este, además, había contraído una elevada deuda a causa de su adicción a la cocaína, sustancia de la que consumía varios gramos al día.

Sin embargo, al final la banda desconfió de enviarlo solo, y ordenó a uno de los hombres de confianza que lo acompañase. El pacto, no obstante, se mantenía: si eran detectados por las autoridades, debía ser el otro el que asumiera toda la responsabilidad, dejando libre de toda culpa a su acompañante y al grupo.

Al parecer, todo el plan se vino abajo en cuanto las fuerzas del orden dieron el alto al coche en la frontera de La Jonquera. Cuando se les informó de que estaban detenidos por orden del juzgado de instrucción número uno de Lugo, cayeron en la cuenta de que el seguimiento venía de lejos y de que estaban perdidos.

Tras permanecer varias semanas en una prisión catalana, fueron trasladados hace unos quince días a Lugo, donde ya han prestado declaración ante el juzgado que instruye el caso.

Una de las personas conocedoras del caso con las que habló este periódico llamó la atención sobre el hecho de que, si bien uno de los detenidos era natural de Nettuno, el lugar de origen del capo Ludovisi, el otro parecía ser del sur de Italia, sin descartar que se trate de alguna zona de Sicilia.

Por otra parte, las dificultades de los investigadores para desmantelar la banda y llegar hasta su jefe fueron grandes, ya que el grupo utilizaba medios de comunicación muy sofisticados. Buena parte de esas investigaciones sobre el terreno y de las detenciones fueron llevadas a cabo por miembros del Grupo de Respuesta Especial al Crimen Organizado (Greco) de la Policía Nacional de Tenerife, en colaboración con el fiscal jefe antidroga de esa isla.

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