La fábrica de la luz sigue parada a la espera de que se autorice su explotación

La antigua fábrica de la luz de Lugo sigue cerrada y sin poder darle el uso previsto tres años después de que el Concello finalizara la rehabilitación exterior e interior del edificio.

En abril del 2008, el Concello adjudicó la explotación de las instalaciones a la empresa asturiana Inca, que debe invertir 1,7 millones en la recuperación de la maquinaria de producción de energía y en un proyecto de musealización que incluye la exposición de dos viejas turbinas. A cambio, la firma podrá explotar la fábrica durante 38 años, aunque deberá asumir su mantenimiento y dar 4.500 euros al año al Concello.

Para que la explotación pueda ser rentable, el Concello solicitó a la Confederación Hidrográfica del Miño un aumento de la capacidad de uso del caudal, de 7.000 a 12.000 litros por segundo. De esta forma, la fábrica pasaría de generar 1,3 millones de kilovatios anuales a 1.850.0000.

Ese aumento debe tener el visto bueno de la Dirección Xeral de Conservación da Natureza de la Xunta, que en este momento está a la espera de recibir un informe de impacto ambiental para tomar una decisión. El órgano autonómico reclamó hasta en tres ocasiones -la última, el 14 de junio del año pasado- este documento, que la Confederación Hidrográfica hará público próximamente.

Una vez la empresa tenga la autorización definitiva para la explotación de la fábrica de la luz, dispondrá de dos años para ponerla en marcha. Además, debe crear un pequeño museo sobre el agua, que luego pasará a la red municipal.

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