La despedida del 'niño milagro'

Ambrose, en la fiesta de despedida (Foto: J. Vázquez)
photo_camera Ambrose, en la fiesta de despedida (Foto: J. Vázquez)

El niño milagro de Lugo se despide este jueves de la ciudad, ya que la ONG lucense Cirujanos del Mundo, que lo trajo para salvarle la vida, lo llevará de regreso a Uganda para que éste con su familia.

Ambrose, de 8 años, sufría una grave lesión, única en el mundo. Su enfermedad se denomina fisura de tessier número 3 y provocó que el pequeño naciera con el rostro partido en dos, con la lengua a la altura del ojo izquierdo y sin paladar ni maxilar, y además con una grave dolencia en el corazón. Su madre lo alimentaba de pequeño inyectándole leche en el ojo vacío y llegó a ser desahuciado, hasta que aparecieron en su vida los médicos lucenses, que lo operaron primero en Uganda y que hace año y medio lo trajeron a Lugo, de donde regresa curado.

En estos 18 meses, Ambrose tuvo tiempo para hacer muchos amigos en el colegio en el que estudiaba, el Divino Maestro.

Este miércoles, fue un día triste para el centro educativo lucense, que ve como uno de sus estudiantes más queridos tiene que marchar. Sus profesores y compañeros de pupitre le rindieron un pequeño homenaje y le dieron algunos regalos para que siempre se acuerde ellos. "Ambrose llegó de casualidad, fue como un regalo por lo bueno que es, dice Olga Fernández, su maestra, que explica que el niño estudiaba con niños más pequeños que él porque tuvo problemas de adaptación en el curso que le correspondía por el idioma.

Sus compañeros lo aceptaron sin problemas. "Al principio lo miraban con recelo, pero les expliqué que tenía una ‘pupita’ y que se la iban a curar. Sin darme cuenta se hicieron sus amigos", dice Fernández.

Su día a día en la ciudad transcurre como el de cualquier niño de su edad, incluso algunas familias le invitan a pasar los días con ellos. "Por la semana se levanta, desayuna y viene a clase. Algún fin de semana, algunos padres se lo llevan para que pase los días con ellos y con niños de su edad", comenta Olga Fernández.

Su marcha causó un profundo pesar entre sus compañeros y maestros. "Da pena que se marche. Por ejemplo, esta mañana [por la del miércoles] en la oración pedimos que Dios ayude a Ambrose y a su familia en África. Se me caían las lágrimas, pero hay que razonarlo y ver que su vida está en Uganda con sus padres", señala.

Muestras de cariño
Sus compañeros de clase le regalaron este miércoles un marco con una foto de la clase, una camiseta en la que aparecen los nombres de todos y una bandera con las manos pintadas de sus compañeros, todo para que Ambrose se acuerde de todos.

Claudia Gallego, una de las amigas de Ambrose, asegura que le da pena su marcha. "Somos muy amigos. Alguna vez vino a mi casa a comer conmigo y mis padres. Lo voy a echar de menos", dice la pequeña, con voz melancólica.

La opinión de Claudia Gallego la comparten todos los compañeros de clase. "Nos gusta jugar con él, pero tiene que ver a sus papás", dice Tatiana Somoza, compañera de Ambrose.

Sus compañeros de clase piensan que la despedida de Ambrose es sólo un hasta pronto, ya que creen que pronto volverá con ellos. "Sus compañeros no saben que se va a quedar en Uganda, piensan que va a volver. Poco a poco tendremos que decirles que Ambrose se tiene que quedar con sus padres", dice su maestra.

ONG lucense
Ambrose es el décimo niño al que la ONG lucense ayuda en los últimos años. Sin embargo, la organización tendrá que poner un punto y seguido a su trabajo, ya que "no hemos recibido las subvenciones de la Deputación, pese a que cumplimos las expectativas con creces", dice Joaquín Mendoça Caridad, presidente de Cirujanos del Mundo. 

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