La ciudad supera una crítica operación de 16 horas en la red de agua

La directora de Casás, con el nuevo material, y los baños recién acondicionados de As Mercedes
photo_camera La directora de Casás, con el nuevo material, y los baños recién acondicionados de As Mercedes

La capital superó sin sobresaltos una de las operaciones más críticas que se llevó a cabo en la red general de agua en los últimos años, un bypass con el que queda totalmente garantizado el suministro a la ciudad incluso en caso de fallos en la zona de almacenaje de A Piringalla, aseguró el gobierno local.

La operación se llevó a cabo la noche del jueves y, aunque a las 23.30 horas se dejó de enviar agua a la red y no se reanudó el llenado del depósito hasta aproximadamente las diez y media de la mañana del viernes, pocas zonas de la ciudad se quedaron sin líquido. Los bajos consumos que se producen por la noche hicieron que a la inmensa mayoría de las viviendas y negocios siguiera llegando el agua que estaba acumulada en las tuberías, aunque en algunas zonas, con menos presión.

Los trabajos realizados el jueves por la noche en A Piringalla constituyeron la parte más crítica de una obra que en realidad comenzó hace semanas y que continúa. Se enmarca en la segunda fase de mejora del abastecimiento a la ciudad, que comporta cambios en las infraestructuras hidráulicas.

Al construir un segundo depósito en el monte de Penarrubia, el Concello decidió prescindir de uno de los dos tanques de almacenaje de agua potable que utilizaba en A Piringalla. Al quedar solo uno, el suministro se volvía más vulnerable, ya que en caso de producirse problemas en el depósito -o simplemente para limpiarlo-, buena parte de la ciudad quedaría sin agua. A O Ceao seguiría llegando porque entró en servicio la conducción que canaliza directamente el líquido desde Penarrubia.

Para garantizar el abastecimiento a toda la ciudad, se hizo un bypass en la tubería de entrada y de salida al depósito de A Piringalla, para enviar por ahí el líquido en caso de que sea necesario dejar fuera de servicio el tanque. Además, se instalaron válvulas para regular la entrada de agua en la red de tuberías de la ciudad en caso de tener que utilizar ese bypass, ya que un exceso de presión podría provocar roturas.

En la operación intervinieron una veintena de personas, entre operarios y técnicos de Sacyr -la empresa constructora- y del Concello. Se demoró algo más de lo previsto -la idea era abrir el ‘grifo’ a las ocho de la mañana- porque el vaciado del agua en el tubo de salida del depósito tardó más de lo que se pensaba porque la canalización hacía vaguada. El corte del tubo finalizó a las cuatro y media de la madrugada y a continuación se colocaron dos grandes piezas. A las siete y media la instalación estaba lista para que empezara a pasar agua desde el depósito, pero quedaba completar la soldadura en el tubo de entrada al tanque, por lo que la operación de rellenado de este no pudo comenzar hasta las diez y media de la mañana.

El edil de medio ambiente, Lino González Dopeso, pidió excusas por los problemas que pudiera haber sufido algún ciudadanos.

Depósito

  • El nivel del agua bajó cinco metros

El paso de agua del depósito de A Piringalla a la red general, cortado a las once y media de la noche del jueves, se abrió de nuevo en torno a las siete y media de la mañana, justo cuando la ciudad empezaba a despertar.

Sin embargo, la entrada de agua al depósito, cerrada también poco antes de la medianoche, no se reanudó hasta pasadas las diez y media de la mañana. En ese tiempo el nivel del tanque bajó de los diez metros cúbicos a aproximadamente cinco.

EFECTOS
Normalidad o menos presión en algunas zonas y falta de líquido en otras

Esta vez se cumplieron las previsiones y, tal como preveía el Concello, pocas zonas de la ciudad se quedaron sin agua. Avanzada la noche, a algunas viviendas sí llegó con menos presión y en algunos puntos efectivamente el suministro se interrumpió.

La falta de agua se notó en las zonas y las viviendas más altas de la ciudad y también en aquellos lugares con más consumos, por ejemplo, en puntos del casco histórico con gran concentración de locales de hostelería. Locales del entorno de la Praza Maior, por ejemplo, no pudieron servir cafés a primera hora.

Se dieron, además, circunstancias curiosas. En algunas calles hubo pisos de la misma altura con agua y otros sin él. Sucedió, por ejemplo, en la Rúa Serra Gañidoira, en el barrio de A Residencia.

La bajada de presión sí fue percibida por más lucenses, incluso avanzada la mañana, por ejemplo, en la Rúa Galicia, y en otros lugares llegó con turbidez. En ambos casos, la razón es que la red se fue llenando de forma muy lenta para evitar presiones que pudieran provocar roturas de tuberías, explicó el concejal de medio ambiente, Lino González Dopeso.

Uno de los puntos más críticas fue el hospital Lucus Augusti, pero no llegó a producirse ninguna incidencia porque dispone de un depósito para emergencias.

Pese a todo, muchos lucenses hicieron acopio de agua, ante el temor de que se produjera algún contratiempo, como sucedió en anteriores ocasiones.

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