Nadela no tiene muy claros sus límites (se los disputan San Xoán de Pena y San Mamede dos Anxos), pero tiene un vecino ilustre: Jaime Alfonsín Alfonso, probablemente la persona que en este país más responsabilidad tiene a sus espaldas desde que hace poco más de tres semanas Felipe VI lo nombró jefe de la Casa Real.
Jaime y sus hermanas, Isabel y Cristina, mantienen la casa familiar en Nadela, justo antes del desvío hacia Sarria. Es un caserón de dos plantas, con una gran finca por detrás que llega hasta el camino que lleva al campo de fútbol. Se conoce como la Casa da Botica, negocio que regentó su abuelo, don Francisco, y que tuvo continuidad en la familia, aunque en distinto lugar. Francisca, hija del boticario y madre de Jaime, tuvo farmacia en Madrid, cerca de la Praza Maior, un establecimiento que ahora lleva su hija pequeña.
