La casa de los octogenarios de Malladoira (Orbazai) que a punto estuvieron de ser desahuciados el pasado miércoles figura en un informe pericial como una construcción abandonada. «El perito que valoró el terreno dice que sobre este existen edificaciones derruidas y abandonadas y por eso el juez no las tiene en cuenta. Una de esas edificaciones es la casa de mis clientes», explica el abogado de la pareja, Francisco Torrijos.
La sorpresa por la existencia de una vivienda habitada se hace constar -según el letrado- en el acta de la comisión judicial que iba a ejecutar la orden de lanzamiento. Torrijos confía en que sea precisamente esa incongruencia entre el informe y la realidad la base para paralizar el desalojo de los dos ancianos, previsto para el día 29 de este mes si no logran demostrar con anterioridad que la casa les pertenece. También reclamará la nulidad de las actuaciones.
«As fotos que ten o xulgado están todas feitas dende abaixo e así non se ve a casa, só as construccións máis vellas, a palleira e demais», explica María José Buide, hija de los afectados, que denuncia la «inxustiza» a la que se enfrentan sus padres. La raíz del caso se encuentra en el embargo que pesa sobre varias fincas del nieto de los ancianos. «Pero la finca y la casa son bienes diferentes. Y la casa es de mis clientes no de su nieto», hace hincapié el abogado.
