La cara final del disputado PXOM

Exposición al público de los planos e informes del PXOM que se elaboraron en 2006 (Foto: AEP)
photo_camera Exposición al público de los planos e informes del PXOM que se elaboraron en 2006 (Foto: AEP)

Uno de los argumentos que utilizó el BNG para votar en contra del PXOM fue que en el último año y medio, tras la pérdida de mayoría absoluta de Orozco, se realizaron tantos ajustes —no cambios de calado, según sostienen los técnicos municipales y lamentan los nacionalistas— que los vecinos no conocen el documento ni van a tener oportunidad de reclamar si ahora sus intereses se ven afectados, por lo que sólo les quedará la vía judicial.

Sin embargo, gobierno local y PP, grupo que permitió la aprobación provisional del documento, sostienen que la práctica totalidad de los cambios realizados se basan en las alegaciones de los vecinos, colectivos sociales y profesionales y los propios grupos políticos, por lo que, lejos de perjudicar los intereses de los ciudadanos, los han mejorado, dicen.

Durante la primavera del año pasado, cada reunión de trabajo que celebraban políticos y técnicos deparaba novedades, aunque algunas de ellas finalmente no llegarían a materializarse, como la supresión de la variante oeste (vial que enlazará la futura autovía de Santiago con la A-6) y un vial alternativo a Carlos Azcárraga, dos aspectos que  demandaban NG y PP y a las que finalmente éste renunció porque implicarían volver a exponer al público el PXOM, aunque sostiene que en un futuro se podrá retomar porque el plan es «un documento vivo».

Los nacionalistas pusieron especial énfasis en la reclamación de avances en las infraestructuras y en la zona rural, aspectos que consideraban mal tratados y que, en su opinión, no fueron suficientemente mejorados, por lo que constituyen algunas de las razones por las que votó en contra.

Partido Popular
El PP, sin embargo, se siente «orgulloso» de las mejoras que ha logrado introducir. Una de sus aportaciones más visibles ha sido en el barrio Feijoo, tal como reconoció el propio gobierno en el pleno del viernes. La propuesta de las redactoras era una de las más arriesgadas y polémicas de toda la ciudad porque suponía una regeneración integral de la zona, lo que implicaría que unas 140 casas quedarían afectadas, un número que se reduce a aproximadamente una decena con el plan del PP.

La idea que presentó el popular Jaime Castiñeira respeta el trazado viario y la línea de fachada, así como la estructura de bajo más dos plantas y bajocubierta y contempla la conversión de las huertas interiores en plazas públicas bajo las cuales se harán garajes.

O Carme fue otra de las zonas que generó más debate. Se acordó dejar una franja verde de entre 60 y 70 metros de ancho desde la Ronda da Muralla hasta la del Carmen, aunque el plan de suelo residencial de Vivenda, de rango superior y que en este momento está recurrido por la el Concello, rompe con esa propuesta.

Los cambios negociados en los últimos meses sirvieron, además,  para evitar la afectación de cientos de inmuebles. En ello tuvo mucho que ver el PP. Con sus alegaciones, sólo en A Piringalla logró salvar unas 300 casas, que quedaban afectadas por viales o se incluían
en polígonos a desarrollar, subraya Castiñeira, que también consiguió mantener otros 40 edificios en Rei Don García y Sanxillao. En este último caso, según la propuesta inicial darían a un patio de luces, que fue sustituido por una zona verde.

Ejemplos
En realidad, los casos de inmuebles que, por una razón u otra, quedaban afectados se contaban por cientos. En algunos casos era porque el modificado del trazado o ancho de calles conllevaba la afectación de casas, como en la Rúa Aceroleiro (un edificio de siete plantas), Mazaira (siete inmuebles) y Pedáneo Xoán Diego (quince), entre otras.

También eran muchas las casas afectadas al quedar dentro de polígonos, como 60 edificios de la Rúa Celestino Fernández de la Vega, en Albeiros, y varios inmuebles de Mar Cantábrico, confluencia de Rúa Atalaya y Rei Don Chiquito, y Santo Grial, en A Piringalla.

El PP también detectó en su día edificios que quedaban sobre zonas verdes, como en el jardín de la Rúa Galleto Tato, y al revés, casos de zonas de inmuebles construidos en las que se preveían jardines, como en Carlos Azcárraga.

Se buscó también ensanchar las calles en las zonas de nueva construcción y donde no afectaran a edificios construidos. Por este criterio, la calzada de As Gándaras se amplía a 30 metros sin afectar a ninguna vivienda ya que los populares propusieron estrecharla a la altura de O Ventorro. En Illas Canarias, sin embargo, el PP se opuso a ampliar la calle en dos metros, como se proponía, porque afectaría a todos los edificios.

Alturas
En el apartado de normativa, destacó, igualmente, la contribución del PP. Según la estimación de Castiñeira, más del 20% de la ciudad quedaba fuera de ordenación por cuestiones relacionadas con alturas y fondos de edificios. De hecho, presentó una alegación, que fue aceptada, para que en cada calle se tome como referencia el edificio más alto construido con el plan de 1991, para corregir el efecto colmena.

Según la propuesta inicial, las entreplantas quedaban fuera de ordenación, pero se logró que, aunque no se autoricen hacer más, las actuales se puedan mantener, y sin necesidad de vincularlas a la planta baja.

En el caso de las bajocubiertas, el PXOM de hace tres años preveía reducir la pendiente de 45 a 35 grados, por lo que el 80% de los dúplex de Lugo quedaban fuera de ordenación. Sin embargo, finalmente se acordó que se puedan mantener e incluso hacer obras, aunque los nuevos serán de 35.

Los populares también presentaron propuestas para mejorar trasteros y garajes. Respecto a los primeros, se preveían el mismo número que el de viviendas más dos y una superficie de 6 metros cuadrados, pero finalmente podrán duplicar a los hogares y llegar a los 10 metros. Además, en el caso de las edificaciones abiertas, los garajes podrán ir más allá del edificio y ocupar el 60% de la parcela, con lo que se gana espacio y se evita hacer aparcamientos de cuato o cinco pisos. El resto de la finca tendrá que quedar ajardinada o arbolada.

En la zona rural, sin embargo, el PP no logró introducir muchos cambios porque «quedou pechada polo PSOE», explica Castiñeira, que sí pidió el crecimiento ordenado al máximo posible en el perímetro de los núcleos.

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