La banda que fue detenida el pasado viernes en Lugo por robar joyas en viviendas particulares, para venderlas posteriormente en establecimientos de compra-venta, estaba especializada sobre todo en alhajas de oro y ya había logrado con su peculiar negocio un total 6.793 euros.
La investigación que dio lugar a los arrestos -denominada operación Caldereta-se inició a mediados del pasado mes de abril, cuando dos ciudadanos acudieron a la comisaría lucense para denunciar que habían sido víctimas de sendos robos en sus casas y que los ladrones se habían llevado únicamente joyas.
En ambos casos, los delincuentes eligieron domicilios ubicados a las afueras de la ciudad, aunque en distintas zonas, y cometieron las sustracciones cuando los propietarios no se encontraban en las viviendas.