Julio Beberide: ''Cuando llegué en el 2000 aún estábamos con emisoras de lámparas; piezas de museo''

JULIO BEBERIDE tuvo que dejar transcurrir casi medio siglo para poder cumplir su sueño juvenil de trabajar en la radio. A los sesenta años, hace una década, pudo hacerlo realidad. Hace diez años se hizo cargo de un paciente peculiar para una persona formada como médico: asumió Radio Lugo, una emisora asociada a la cadena Ser que perteneció a su padre y que dirige su hija, Olga. La emisora celebra este viernes 75 años con un acto en el Círculo de las Artes.

PREGUNTA: ¿Cómo fue su primer contacto con Radio Lugo?
RESPUESTA: No lo sé porque es algo que tengo desde siempre. Cuando era joven, le dije a mi padre que quería trabajar en la radio, pero él me dijo que hiciese una carrera. Estudié Medicina y estuve siempre en la gestión del Hospital Provincial de León. Venía muchas veces con mi padre y conocía a todos los que trabajaban aquí.

P: Hasta el 2000 no se hizo cargo de Radio Lugo.
R: Cuando llegué, había emisoras de lámparas. Hubo quien me dijo que eran piezas de museo. Poco a poco fuimos mejorando los equipos para que el personal pueda trabajar con dignidad.

P: Paralelamente a esta evolución material, ¿cómo fue la suya en el mundo de la radio?
R: Llegué tarde a la radio y aún estoy aprediendo. Llegué a Lugo con la titularidad por una herencia.

P: ¿Su padre, Ramón Beberide, tenía algo que ver con la radio?
R: No, fue a través de un amigo. Mi padre tuvo una concesión administrativa en 1934 y puso en marcha Radio Lugo en 1935.

P: ¿Vio negocio en este campo?
R: En aquellos años no era un negocio. Se funcionaba a base de socios colaboradores que pagaban una cantidad a cambio de tener una serie de ventajas. Simplemente, le gustó. Cuando él empezó no había emisora en Lugo, fue la primera. La primera sede estaba en el primer edificio en que hubo ascensor en Lugo, en un quinto piso. La gente subía por las escaleras por temor a que se parase o cayese.

P: Su llegada tuvo lugar 65 años más tarde.
R: Si, fue curioso, porque fui a la Cope para hablar con Paco Rivera. Él había conseguido que le dedicasen una calle a mi padre y, al llegar a Lugo para hacerme cargo de la emisora, fui a agradecérselo. Paco fue muy amable, y como perro viejo que es, me llevó hasta el estudio y me pidió permiso para abrir el micrófono. Cuando llegué a Radio Lugo, Arcadio Silvosa me echó una bronca por haber concedido mi primera entrevista a la competencia. Desde un primer momento, tuve que dejar claro que no venía a competir con nadie, sino a ser líder de audiencia, algo que logramos gracias al personal de la emisora.

P: ¿Durante su etapa en el hospital escuchaba la radio?
R: Siempre me gustó mucho. Era oyente de todas las emisoras, pero mi padre me reñía por escuchar otras distintas a la Ser. Él siempre tenía sintonizada la Ser. Incluso en el coche, cuando hacíamos el trayecto de León a Lugo veníamos escuchándola las cinco o seis horas del viaje. Yo también lo hago, cuando voy conduciendo y pierdo la señal, llamo a la emisora de Lugo para que me indiquen en qué frecuencia emitimos en el lugar en el que estoy.

P: ¿Qué planes tiene para Radio Lugo?
R: Yo ahora miro para atrás. Es mi hija la que tiene que hacer el futuro.

P: Hubo un momento en que la propia radio parecía no tener futuro.
R: Sí, con la llegada de la televisión todos le ponían el RIP, pero tiró para adelante. Ahora le veo el mismo porvenir que siempre, muy bueno. En la crisis, la gente es reacia a gastar y reacciona sintonizando la radio para coger las noticias al minuto. En la televisión todo es mucho más lento porque tienen que desplazar equipos. Ahora nos falta internet.

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