Julia: ''Es como si una parte de mi madre siguiera viva y eso me ha ayudado muchísimo''

Julia (nombre ficticio) tiene 17 años y un aplomo que impresiona. A finales de marzo pasó el peor trago de su vida: la pérdida de su madre, una mujer joven que murió de un aneurisma. Mientras lloraba a su madre, tuvo que tomar la decisión de donar o no sus órganos: "En el momento en el que me lo propusieron", recuerda, "dije que sí. No lo dudé, era la posibilidad de salvar la vida a otra gente".

El protocolo se puso en marcha en cuanto Julia dio el sí y seis órganos de su madre (páncreas, riñones, pulmones e hígado) fueron destinados a los enfermos que los esperaban. Gracias a ello la Oficina Nacional de Trasplantes batió ese día el récord nacional de trasplantes en un día, en el que 32 pacientes recibieron los órganos que esperaban.

"Nosotras no habíamos hablado antes en casa con mi madre sobre la donación", explica Julia, "pero creo que ella hubiera estado contenta. Además, todos los que pudieron extraerle sirvieron". Pero los receptores no fueron los únicos beneficiados de la decisión de Julia; también ella misma y su familia saben de sus beneficios mientras siguen llorando la desaparición de su ser querido: "Haber aceptado la donación me ha ayudado muchísimo este tiempo. Es como si una parte de mi madre siguiera viva".

Apoyo
Julia no dudó al tomar su decisión, pero le ayudó el hecho de contar con el apoyo de la práctica totalidad de la familia. Incluida su hermana pequeña, que tiene once años. "Cuando se lo preguntamos a ella estaba muy afectada, pero le pareció muy buena idea", asegura Julia, que tiene a su lado a su hermana mientras concede esta entrevista.

Los seis órganos que extrajeron a su madre entraron en un operativo que permitió efectuar en 24 horas 20 trasplantes de riñón, 10 de hígado, uno de corazón y uno doble de páncreas combinado con riñón, que beneficiaron a 32 pacientes. Dos de ellos se encontraban en urgencia cero, lo que significa que de no haber recibido un órgano en un plazo de entre 24 y 48 horas podrían haber fallecido.

Mensaje
El dolor, evidentemente, ni ha pasado ni pasará, pero es algo más llevadero sabiendo que otras personas viven gracias a su madre. "El único mensaje que quiero dar, lo único por lo que hago esta entrevista, es para motivar a la gente a que done los órganos porque puede salvar vidas. Hace poco fue mi madre la muerta y otra gente la que los recibió, pero hay que pensar que dentro de poco podemos ser nosotros mismos los que los necesitemos esos órganos".

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