Lleva más de 20 años estudiando los efectos del radón, un gas inoloro e insípido que procede de la descomposición natural del uranio y que puede afectar gravemente a la salud. Ayer Juan Miguel Barros explicó en el Hula las consecuencias de la presencia de radón en las viviendas.
Expuso en el Hula los peligros del radón domiciliario ¿Cuáles son?
Ya no hay ninguna duda de que el radón es la segunda causa de cáncer de pulmón en la población general, y la primera en no fumadores. Nosotros hemos basado desde el año 1992 nuestras investigaciones fundamentalmente en el radón domiciliario, es decir, al que estamos expuestos en las casas, aunque la única normativa relativa al radón existente hoy en España es, asombrosamente, la laboral. La instrucción IS33 de enero de 2012, ya en vigor, dice literalmente que los titulares de las empresas deberán medir la radiación natural en aquellos puestos de trabajo subterráneos o no subterráneos que se sospeche que tengan riesgo de exposición a radón. Esto es lo que está por hacer en este país.
¿De qué tanto por ciento de casos estamos hablando?
Nosotros hemos calculado que el radón es responsable de entre un 9 y un 12 por ciento de casos de cáncer de pulmón; los americanos hablan de un 12 a un 15%. Y cuando se junta con el tabaco, supera el 25%. Es decir, en la cuarta parte de los cánceres de pulmón tiene participación el radón, en unos más y en otros menos. En los no fumadores, en todo.
En Galicia hubo un intento de regular la exposición doméstica al gas radón, pero no llegó a cuajar ¿no es así?
Exactamente. En Galicia se trató de hacer a través de las normas de hábitat, que fueron luego cambiadas por el nuevo gobierno. Y a efectos españoles tampoco hay porque el Código Técnico de Edificación de 2006 mantuvo en el cajón las propuestas que tanto el Consejo de Seguridad Nuclear como la Fundación Eduardo Torroja, que asesora al Ministerio de Fomento, llevan haciendo desde hace diez años. Tenemos la promesa de que cuando el Consejo publique definitivamente la ampliación del mapa de radón de España se identifique esas ‘áreas problema’, que en realidad ya se saben cuáles son. Un ‘área problema’ es aquélla que tiene el 10% o más de casas por encima de los 200 bequerelios
