Los aficionados lucenses al baloncesto lo recordarán porque arbitró al Xuncas en los años dorados de este equipo femenino en la división de honor. Cambió el silbato por una firma con 500 empleados y 20 millones de facturación que sitúa al cliente como epicentro de la empresa.
unA vez que dejó las canchas, dio sus primeros pasos en el mercado laboral creando IZO. Cuando acaba de alcanzar la mayoría de edad, esta firma de gestión de calidad en servicios al cliente, asentada en Madrid, tiene presencia en una docena de países latinoamericanos. Juan Carlos Fouz (Lugo, 1971) atribuye el éxito a que «somos tolerantes con el fracaso, pero no con la inacción o la mediocridad» y a que se ha rodeado de un equipo, con varios lucenses, que tiene «hambre de aprender y crecer en un ambiente muy retador, pero sin codazos».
¿Qué potencial tiene Lugo?
La oportunidad es nuestra gente, que suele tener visión a largo plazo. Admiro nuestra personalidad, nuestra capacidad de liderazgo, de emprender proyectos, de viajar o emigrar… Hemos nacido en la mentalidad de esfuerzo y constancia. Siempre y cuando dejemos atrás el victimismo de otras épocas y pensemos en proyectos a más escala y fuera de nuestra área natural de actuación. Un ejemplo es el Camino de Santiago con miles de personas cruzando la provincia y donde Lugo podría tener una mayor oportunidad que tiene que desarrollar. El pasado verano visité la ciudad con 37 extranjeros y encontré poca oferta de programas culturales y turísticos para grupos. Lugo tiene que ser más proactivo.
¿La fórmula en estos tiempos es nuevas tecnologías + internacionalización = éxito empresarial?
Una de las fórmulas es adaptarse a un entorno cambiante, de mercados cada vez más abiertos y más exigentes. Muchas fronteras las pone el propio modelo de negocio de una empresa. Si es
