DURANTE LOS 18 AÑOS QUE FUE fiscal antidroga, "dos tercios" de su carrera profesional, según detalló Javier Zaragoza, fue el azote de conocidos clanes gallegos del narcotráfico, como los de Laureano Oubiña, Sito Miñanco o los Charlines. Desde hace cuatro años ocupa el máximo escalafón en la fiscalía. Este miércoles ofreció en el foro internacional que acoge la capital lucense una conferencia sobre ‘Las drogas bajo el enfoque de la seguridad ciudadana’.
PREGUNTA: ¿Qué opina de las alternativas al encarcelamiento para toxicómanos sin delitos violentos que se propone en esta cumbre?
RESPUESTA: En España las alternativas o los tratamientos sustitutivos llevan aplicándose desde la puesta en marcha del Plan Nacional sobre Drogas. El sistema judicial siempre utilizó instrumentos para reconocer al toxicómano como un enfermo y abordar su recuperación. Es habitual que nuestros tribunales, en determinadas situaciones, apliquen medidas alternativas.
P: ¿Son eficaces?
R: Siempre hay ocasiones en las que no sirven para determinados casos. Pero el hecho de que no sean eficaces ciertas aplicaciones, no impide que se puedan adoptar en los demás casos.
P: En este foro internacional también se propone una mayor implicación de los municipios.
R: Es vital. El ayuntamiento proporciona cercanía, proximidad para solucionar los problemas de sus ciudadanos. Los gobiernos locales están en mejores condiciones para adoptar medidas concretas. Pero debe primar la idea de corresponsabilidad institucional, que cuenten con el apoyo de los gobiernos autonómicos y central y la delegación del Plan Nacional sobre Drogas.
P: ¿Droga y delincuencia siempre han ido de la mano?
R: Los perfiles y los patrones de consumo han variado. La relación droga-delincuente ha sido siempre una realidad. Aunque ese binomio en el escenario del siglo XXI es diferente al del siglo XX. Ya no sólo se consume para delinquir. El consumo de drogas no está exclusivamente vinculado con la ejecución de delitos, particularmente contra el patrimonio. Hay patrones de consumo relacionados con el ocio u otros ámbitos. Hay que saber adaptarse a esa realidad y propiciar políticas que lo tengan en cuenta.
P: ¿Qué queda de aquella Galicia que usted conoció cuando era fiscal antidroga?
R: Aquí en Galicia el sistema judicial y las fuerzas de seguridad del Estado hicieron, hacen y seguirán haciendo un gran trabajo desde los años 90. El Estado volcó sus esfuerzos. Hubo bastante éxito. La labor de investigación de su entramado económico y de los beneficios que le reportaban también contribuyó.
P: ¿Los clanes quedaron descabezados?
R: Los reconocidos jefes históricos del contrabando y narcotráfico casi todos están cumpliendo condena.
P: ¿Galicia ya no es esa puerta de entrada de la droga?
R: Han cambiado las rutas del narcotráfico. Pero nunca hay que bajar la guardia. El de las drogas es uno de los problemas más importantes a nivel social, aunque actualmente la preocupación de los ciudadanos se centra en otros temas, como el terrorismo o la crisis económica.
P: ¿Quién ha tomado el relevo de Galicia?
R: No quiero señalar a nadie. Aquellos fueron los primeros que dieron el salto del contrabando al narcotráfico. Hoy en día las organizaciones criminales se han internacionalizado. Tratan de adaptar sus estructuras a la presión de las autoridades, cambian las rutas, sustituyen los medios de transporte...
