los no fumadores nos hemos acostumbrado a dejar de respirar el humo del tabaco en los centros de trabajo y en los locales públicos. Hace ahora tres años, entraba en vigor la última ley antitabaco, que prohibía totalmente su uso en bares, colegios y hospitales. Una ley muy criticada al principio pero que trajo consigo, como bien dicen los hosteleros, una «readaptación» de los clientes fumadores a la normativa, que incluso llevó a la eliminación del hábito (puesto que mucha gente dejó el tabaco ‘obligada’ por las restricciones de esta ley) o, en todo caso, a la reducción del consumo.
De cualquier modo, los malos pronósticos de los hosteleros -que preveían una bajada de la clientela con la normativa antitabaco- no acabaron de hacerse realidad del todo. No fue la debacle temida en un principio, especialmente en los bares. Y si hubo pérdidas, parte de ellas también pudieron deberse a la crisis económica, coincidente en el tiempo con la ley antitabaco.
Más demanda para dejarlo
Los lucenses están dejando de fumar. La unidad de Tabaquismo del Hula detecta un aumento de la demanda de fumadores para intentar dejar su adicción.
