Herminia estrena casa a los 94

Herminia, mostrando su nevera. A la derecha, con el móvil con el que habla con su hija de Madrid (Foto: Froilán Calderón)
photo_camera Herminia, mostrando su nevera. A la derecha, con el móvil con el que habla con su hija de Madrid (Foto: Froilán Calderón)

Tiene 94 años y acaba de estrenar casa en el barrio de A Ponte. Es una de las adjudicatarias de las viviendas sociales de la Rúa Fermín Rivera. Sus planes eran mudarse con su hija «la mudita» -gitana muy popular en Lugo por su vestimenta, sus trenzas y su carrito-, pero la entrega de las viviendas se demoró casi un lustro y el año pasado «se la llevó el señor», cuenta Herminia Montoya Barrul. Solo al recordar la desaparición de sus seres queridos se le nubla el semblante. El resto del tiempo, esta gitana es pura alegría. «¡Soy la más vieja de toda la gitanería de Lugo!», proclama.

Pese a sus problemas de oído y de equilibrio -debe usar bastón-, desborda energía por todos lados. «No paro un momento. Hoy no he almorzado por hacer las cositas», cuenta. Y Manolo Vila y Emilia Fernández, sus ángeles de la Asociación de Promoción e Integración Gitana, dan fe de ello. «É moi autosuficiente, non quere que lle fagan nada, e non para quieta un momento», cuenta Vila mientras Herminia posa para el fotógrafo. Como muchos días, Manolo y Emilia han ido a ver cómo se encuentra «la abuela» -así la llaman en la comunidad gitana-, porque pese a tener más de trescientos descendientes directos, afirma Vila, de momento Herminia quiere vivir sola. No acepta siquiera que alguien se quede a dormir con ella, aunque reconoce que por el día echa en falta más visitas de sus allegados. Dejó una casita cerca de la Avenida da Coruña por un piso y ni ella se atreve a bajar sola a la calle ni su familia le deja, ya que el ascensor todavía no funciona y tendría que hacerlo por las escaleras. «Estoy bien, pero a ver si me sacan por las escaleras», dice.

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